SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


viernes, 17 de octubre de 2025

UNA IGLESIA EN SALIDA






QUEREMOS ARDER DE FE Y CARIDAD

en una Iglesia “en conversión” (espiritualidad eclesial)

 (Escritos, vol.57 –tomo 51) está tomada de los Escritos de Don Orione recopilados al fin de su vida, como prueba de lo que vivió directamente, y como  testamento  trasmitido  a  todos  nosotros.

Él  mismo  era el  primero en “arder de fe y de caridad”!  Esta exhortación es todavía actual, En  ellas  se  descubre  que  toda  la  vida  de  Don  Orione  fue donada  al  prójimo  para  amar y salvar a las personas de todas las extracciones sociales, pero en particular a los “pobres que son Jesucristo”.

Es  una  página  escrita  a  mano,  una  minuta  sin  título,  sin  signos  de puntuación,  con  algunas correcciones, un conjunto de frases significativas preparadas tal vez para un discurso del año 1939,  último  período  de  su  vida.  Muchas  veces  Don  Orione  pronunció  estas  frases  en  público  para  reavivar el alma de las personas.

Estamos al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Europa estaba dividida ideológicamente. Italia, que  estaba  oprimida  por  una  prolongada  dictadura,  preparaba  inconscientemente  al  pueblo  para  la guerra  incipiente,  el  territorio tortonés  era  teatro  de  luchas  sociales  entre  los  peones  rurales  y  los propietarios   de   la   tierra,   entre   los   proletarios   y   los   patrones   de   las   fábricas.   Don   Orione sensibilizaba constantemente a sus clérigos sobre la situación de aquel tiempo.

Cuando Polonia  fue  invadida por  las tropas alemanas, el Santo Fundador, expuso  la  bandera de esa  nación  en  su  habitación  e  invitó  a  sus  clérigos  polacos  a  retornar  a  su  tierra  de  origen  con  un gran sentido cívico y patriótico.

En  este  contexto  histórico,  social,  político  y  cultural,  Don  Orione que  había regresado  de

América, con un precario estado de salud, pero con una Congregación eficiente y preparada para los eventos que se avecinaban, se puso como siempre  “a la cabeza de los tiempos”

como sacerdote de frontera,  incitando  a  los  cristianos  a  creer  en Dios  y  en  la  caridad  hacia  el  prójimo  para  evitar catástrofes más graves.

Hay  una  gran  sintonía  entre  las  enseñanzas  de  la  Iglesia,  sobre  todo  del  Papa  Francisco  y  don Orione ,en lo que respecta a  la vida cristiana vivida según el Evangelio, vida que se fundamenta en el precepto del amor y demuestra que la Fe en Dios se concretiza  en el amor activo hacia el prójimo necesitado, vivificando así la Caridad.

La  Iglesia  en  salida  es  una  Iglesia  con  las  puertas  abiertas.  De  estas  puertas  es  necesario  salir

para ir al encuentro de los otros hermanos, con el fin de mirarlos a los ojos, escucharlos y ayudarlos.

Ya Don Orione invitaba a sus colaboradores a “salir de la sacristía” para encontrar directamente al prójimo.

La Iglesia está  llamada  a ser siempre  casa abierta del Padre. En  la parábola  evangélica del  hijo pródigo,  el  viejo  padre  deja  la puerta  abierta a  la  espera  del  retorno  del  hijo,  de  modo que pueda entrar sin dificultad para reencausarse en el camino justo.Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo con alegría,  sin  excluir  a  ninguno.

Sólo  así  la  Iglesia  puede  crecer,  no por proselitismo, sino  por atracción del Evangelio que lleva la alegría misionera a quien lo pone en práctica.

Extracto de proyecto formativo del MLO

 

46. La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad.

47. La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos concretos de esa apertura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes. De ese modo, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas. Pero hay otras puertas que tampoco se deben cerrar. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad, y tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera. Esto vale sobre todo cuando se trata de ese sacramento que es «la puerta», el Bautismo. La Eucaristía, si bien constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles[51]. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia. A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.

 Papa Francisco: Evangeliii Gaudium


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