SAN JUAN DIEGO en su poncho la Virgen de Guadalupe quedo pintada y al que la misma Virgencita le dijo: "¿Qué hay hijo mío el más pequeño?, ¿Qué entristece tu corazón?...¿Acaso no estoy yo aquí, yo que tengo el honor de ser tu madre?". Hoy también a nostros la Virgen nos dice que tiene el «honor» de ser nuestra madre. Eso nos da la certeza de que las lágrimas de los que sufren no son estériles. Son una oración silenciosa que sube hasta el cielo y que en María encuentra siempre lugar en su manto. En ella y con ella, Dios se hace hermano y compañero de camino, carga con nosotros las cruces para no quedar aplastados por nuestros dolores. ¿Acaso no soy yo tu madre? ¿No estoy aquí? No te dejes vencer por tus dolores, tristezas, nos dice. Hoy nuevamente nos vuelve a enviar; como a Juanito, hoy nuevamente nos vuelve a decir, sé mi embajador, sé mi enviado a construir tantos y nuevos santuarios, acompañar tantas vidas, consolar tantas lágrimas. Tan sólo camina por los caminos de tu vecindario, de tu comunidad, de tu parroquia como mi embajador, mi embajadora..." (Papa Francisco)
Fuente p.Miguel
No hay comentarios:
Publicar un comentario