6TO DIA, 12 DE MAYO
PIDAMOS LA INTERCESIÓN DE DON
ORIONE POR LA PAZ DEL MUNDO Y EL TERMINO DE LA PANDEMIA.
El movimiento laical orionita Barranqueras se une
virtualmente al mundo orionino en preparación para festejar un nuevo
aniversario de canonización de Don Orione y a la Capilla San Luis Orione de
Barranqueras en su próxima fiesta patronal, compartimos este texto para que nos
lleve a imitar a San Luis Orione.
Don Orione irradió la luz del cristianismo en
medio de tormentas ideológicas, Animado por una gran pasión por la iglesia y
por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas
emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la
“cuestión romana”, el modernismo, el socialismo, la cristianización de las
masas obreras.
Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas
por los terremotos de Messina y por el de la Mársica.
Gozó de la estima personal de los Papas y de las
autoridades de la Santa Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para
resolver problemas y curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las
relaciones con el mundo civil.
Es fácil detenerse a presentar el
"activismo" de Don Orione. Todas sus jornadas eran plenas, fatigosas,
sacrificadas, ricas de bien y de cruces. Eran un "fatigarse de un Ave
María a otro". Con todo, la jornada
de Don Orione se presentaba, al mismo tiempo, como una incesante oración, una
constante elevación a Dios, corazón a corazón. Don Orione es recordado como
"hombre de oración" no menos que como "hombre de caridad
activa", sobre todo por quien ha vivido más cerca de él. Los testimonios
lo recuerdan centrado en Dios: esto era el motor de tanto dinamismo exterior.
Era su secreto.
Don Orione se destacó como un Santo Social.
En el año 1919 lo
encontramos en plena labor apostólica, a través de la que se expande su pequeña
congregación. Su incansable actividad misionera estaba cada vez más
comprometida con los problemas sociales de su época.
Hoy, quienes caminamos tras sus pasos, continuamos comprometidos
con los derechos de nuestros hermanos más humildes. Seguimos trabajando para
que niños y jóvenes ejerzan el derecho de recibir una educación adecuada, de
manera que se transformen con el tiempo en el “orgullo de la propia familia, de la ciudad natal y de la Patria que
espera tanto de ellos”,
Hoy ante el desconcierto mundial sobre esta pandemia
que azota el mundo, donde cada día son contagiadas miles de personas, mueren
personas de todas las edades, donde millones de hermanos han perdido sus fuentes
de trabajo, el servicio de salud está en la mayoría de los lugares colapsado,
con medidas preventivas tanto de los gobiernos locales, provinciales,
nacionales e internacionales, muchas veces sin un asidero real y justificado
hace que tengan que permanecer encerrados para evitar el contagio.
Nosotros los
que gozamos de un mediano o regular bienestar económico, que tenemos un techo,
trabajo asegurado, como cristianos católicos debemos salir al encuentro del
hermano necesitado, no podemos ser indiferentes, no dar vuelta la cara, al
contrario debemos comprometernos, involucrarnos hacernos solidarios, debemos
sembrar esperanza en medio de tanto sufrimiento y desconcierto
El Papa basa
claramente esta esperanza en la fe, “porque
con Dios la vida nunca muere”
Y nos invita a «Mirar a los más pobres, en estos días,
puede ayudarnos a todos a ser conscientes de lo que realmente nos está pasando
y de nuestra verdadera condición»
«Que lo que está pasando nos sacuda por dentro» y «que
todos se reconozcan parte de una única familia y se sostengan mutuamente».
«Es tiempo de
eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud
de toda la humanidad»
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