Durante sus dos estadías en Latinoamérica (1921-1922 y
1934-1937), Don Orione aprendió bastante de portugués y español; y aunque de
forma limitada, podemos decir que tuvo un cierto dominio de los mismos.
En
el caso concreto del español, Don Orione visitó Uruguay y permaneció en
Argentina unos cuatro meses durante su primera estadía; mientras que la
segunda, permaneció casi tres años en Argentina, visitando también Uruguay y
Chile. Esto significa que estuvo casi tres años inmersos en países de habla
hispana, experimentando lo que vive todo misionero ante una nueva lengua:
descubrir la importancia de hablar la lengua de la gente, experimentar diversas
dificultades lingüísticas, comenzar a entender y expresarse, etc. Pero, dejemos
que el fundador nos cuente su experiencia.
Por
una cuestión metodológica, algunos textos no se traducirán y otros se resaltarán
para captar mejor como Don Orione utilizo del castellano.
Don Orione hablando en español
Don
Orione experimentó la novedad de comenzar a hablar en español: “Ahora ya hablo
y predico en español” (14/9/1935) y “Ora comincio a fare qualche cosa poiché
già hablo en espanol. Prega e fa pregare” (26/3/1935). Como tambien la vergüenza
de no saber hablar bien la nueva lengua: “¡Figúrense ustedes cual ha sido mi
embarazo encontrándome delante de tantos caballeros y damas! Traté de hacer mis
cumplidos con frases españolas pero, éstas, muchas veces no me salían y
entonces me la pasé haciendo unas reverencias ¡Qué feo no saber hablar! Si
hubiera venido acá hablando el español ¡Cuánto más bien habría podido hacer!”
El
Fundador experimentó también uno de los problemas más comunes a la hora de
hablar en otra lengua: los problemas de pronunciación. “Ayer a la tarde, fiesta
de Don Bosco, le hable a los argentinos por radio, y en lengua española, pero
la ‘cota’ no logro pronunciarla bien, en necesario nacer aquí” (27/4/1935).
Don Orione comparte su imposibilidad de pronunciar
bien la J, refiriéndose a esta come la “cota”, posiblemente porque así
pronunciaba la palabra jota (es bueno recordar en italiano la J se llama i
lunga).
Existe un testimonio del español de Don Orione. La Srta. Pelagia
Aldunate Lyon, hija del embajador chileno en Italia, relata en sus Notas de
viaje un encuentro con Don Orione, en el cual el Fundador habló en español.
“Don Orione entiende el español así que nosotros hablábamos un español
italianizado y él un italiano españolizado”.
Escribiendo en español
En
muchas de sus cartas escritas entre 1935 y 1940 podemos encontrar frases o
palabras españolas, lo cual nos muestra cómo iba asimilando la nueva lengua y
su esfuerzo de escribir en la misma: “Le mando la santa benedizione Pasquale a
Lei, al mio prediletto, alla nipote Elisa, a todos! Vede, che parlo già in
spagnolo?” (10/4/1935). Veamos algunos ejemplos:
“Almas ! Almas !
Buenos Aires, 19 de mayo [de]1937
A mi querido y gran amigo, Dr. Ambrogio Solari,
“¡La gracia del Espíritu Santo y todos los Siete Dones de Pentecostés sean con usted, mi querido Dr. Solari, con su distinguida señ.ra [sra.] y sus queridos hijos! ¡Oh, cuánto placer me han dado tus cartas, por vía aérea, del 8 y 12 de Mayo: te doy mil y mil gracias! Me alegro de que haya recibido mi tarjeta, enviada a Niza. He vuelto bien de Brasil y, grazzias [gracias] a Dios, esto [estoy] muy bien de salud: tambien los otros de this Casa todos muy bien. Les agradezco las oraciones que ustedes, sus señ.ra e higos [hijos], por mí y mi Congregación, hicieron en Lourdes. Disfruté mucho las buenas noticias de Alejandrito, Eduardo, Daniel y Felipe y también del corderito de Jesus Noemi Maria. (...) El otro día Jesucristo me dio la gracia de liberar a una mujer poseída del diablo -en nuestra capilla de Carlos Pellegrini: ¡demos gracias a Dios!”.
Cerrito Capital
Refiriéndose al humilde pedido que ayer le dirigí a su inteligente bondad al querer colocar su válida intercesión ante el señor Saturnino Unzuè, su digno desenmascaramiento, - Creo conveniente enviar el proyecto Galpón, que tanto necesita el Pequeño Cottolengo. a Claypole, para tener en cuenta tanto la ganadería como las herramientas de recolección y agricultura. El Galpón se dividiría en dos cuerpos, para caballeriza y para depósito de mais [maíz], etc. ¡Estaré profundamente agradecido a su señor esposo y siempre invocaré de Dios grandes bendiciones sobre El y sobre Vd! ¡Dios siempre bendiga! [la bendiga]
Don Orione”.
Incluso escribirá algunas máximas y refranes:
"Lauda
Sion Salvatorem!
Mi madre! Acuérdome que cuando murió mi madre, quedé yo de edad de doce anos, pocos menos; como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de nuestra Señora y supliquéla fuese mi Madre con muchas lagrimas. Paréceme que aunque se hizo con simpleza, que me ha valido, poique conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a Ella. (Santa Teresa) [vita 1,7] (…)
Máximas de San Francisco de Sales Me parece que el conocimiento de todas nuestras imperfecciones, lejos de turbarnos deberìa alegrarnos, porque es un medio de enmienda. Cuanto ostenta el mundo a nuestros ojos como grande, es ilusión y mentira”.
Junto con esto, el Fundador mezclará palabras italianas y españolas. Por
ejemplo refiriéndose al barrio porteño de “Nueva Pompeya”, algunas veces
escribirá Nueva Pompeya, mientras que otras veces: Pompeja o Pompeia (el nombre
italiano de la ciudad de Pompeya es Pompei). Refiriéndose al Hno. Jorge Valle,
podemos encontrar que escribió: Jorge, George, Giorgio (como es en italiano) y
Gorge.
Un
gesto paternal de Don Orione son las pequeñas frases que escribe en castellano
a los clérigos argentinos, Luis Smiriglio y Carlos Berón de Astrada, que se
encontraban estudiando en Italia: “preghiamo, o miei cari Luis y Carlos, che la
nostra Virgen de Lujan li mantenga forti nella pietà e perseveranti nella
umiltà e vocazione”(18/9/1937). En otra carta: “Todos los dias pido al Señor
per V.ds” (1/10/1937).
Por último, Don Orione traducirá su nombre en castellano, firmando algunas veces como Luis Orione, tanto en cartas escritas a puño y letra como en telegramas o circulares: “(Don Luis Orione)”, “Sac. Luis Orione della Divina Provvidenza” y “Juan Luis Orione. Pequeña Obra de la Divina Providencia”.
Apreciaciones personales
Luego de haber recorrido los textos del Fundador, profundizar un poco
más acerca de su experiencia expresándose en español, quisiera destacar solo
dos elementos:
La experiencia personal del Fundador,
en la cual cualquier misionero, o persona que viaje a un país sin conocer la
lengua local, puede sentirse reflejado, pues Don Orione buscó de aprender la
nueva lengua, experimentando alegría de expresarse en la misma como también la
limitación idiomática.
El deseo de adoptar otras culturas, descubriendo la importancia de hablarle a la gente en su propia lengua.
P.
Facundo Mela
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