1) De la homilía del Santo Padre Francisco (Santa Marta;
15/09/2017)
María bajo la cruz de Jesús es un icono para «contemplar»: no son necesarias muchas palabras para reconocer lo esencial del testimonio de «una mujer» que es «madre de todos nosotros»
«contemplar a la madre de Jesús, contemplar este signo de contradicción, porque Jesús es el vencedor pero en la cruz».
«es una contradicción, no se entiende: es necesaria la fe para entender» o «al menos para acercarse a este misterio». Y la madre de Dios «sabía» «porque toda la vida vivió con el alma atravesada, lo dijo Simeón». Y «seguía a Jesús y escuchaba las palabras que la gente decía: “¡qué grande!” — “¡Pero éste no es de Dios!”— “¡Éste no, no es un verdadero creyente!”». María «escuchaba todo: todas las palabras a favor y en contra» de Jesús.
Por otro lado, María siempre está detrás de su Hijo: por ésto decimos que es la primera discípula». Y «siempre con la inquietud que hacía nacer en su corazón este signo de contradicción». Siempre, insistió el Pontífice, hasta «el final está allí, de pie, mirando al Hijo». Y «quizá, ella escuchó los comentarios: “Mira, esa es la madre de uno de los tres delincuentes”». Pero se quedó «callada: es la madre, no renegó del Hijo, dio la cara por el Hijo».
«Éstas, son pequeñas palabras para ayudar a contemplar, en silencio, este misterio: en ese momento, ella nos dio a luz a todos nosotros, dio a luz a la Iglesia». Jesús llama a su madre «mujer» y le dice «ahí tienes a tus hijos». Sí, Jesús «no dice “madre”, dice “mujer”». Y María es una «mujer fuerte, valiente: una mujer que estaba allí para decir “éste es mi Hijo: no lo reniego”».
«solamente, en silencio, a contemplar, a mirar: que sea el Espíritu Santo el que nos diga a cada uno de nosotros lo que necesitamos».
2) De los escritos de Don Orione [1]
En la mañana de la inauguración del Santuario de la Guardia, en agosto de 1931, Don Orione hablaba así a sus seminaristas.
¡Qué grandes cosas hemos visto! Quién habría dicho que la Divina Providencia habría concedido a la Pequeña Congregación estas consolaciones?...
Mi mente va detrás de tantos años y, en lugar de sus caras, me parece ver aquellas de los primeros alumnos, que llegaban aquí para rezar, para escuchar la misa y honrar a la Virgen… ¡Cuántas cosas han pasado! Quizás el Señor y la Virgen han visto el fervor de aquellos primeros jóvenes, de aquellos años ardientes de entusiasmo, cuando no se sabía qué cosa quería decir el cansancio y ellos trabajaban, se trabajaba para enseñarles el amor a Dios y el amor a la Virgen… Quizás, ¿quién puede decir, que lo que sucede ahora, esto que nos concede la Virgen ahora, es la recompensa, la devolución casi, pero mucho mayor en gran medida, de aquello que entonces se hacía para honrar a la Virgen Santísima, y aquello mucho más, que hubiéramos querido hacer, si nos hubiese sido posible?...
3) Oración de los Fieles:
María, madre nuestra, queremos aprender a ser sensibles, a llorar con los que lloran
Ruega por nosotros, María
María, concédenos la fuerza de luchar contra toda injusticia para liberar a nuestros hermanos del mal, aceptando con estos el sufrir generosamente
Ruega por nosotros, María
Frente al misterio del sufrimiento inevitable, imposible, haz que lo aceptemos con amor con Cristo y contigo Ruega por nosotros, María!
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