SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

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viernes, 30 de agosto de 2024

RELIGIOSOS Y LAICOS ORIONITAS, EN MISIÓN.



 

 


 

 

El Papa Juan Pablo II, en un discurso a los capitulares en el año 1998, hacía esta reflexión, que viene muy bien para esta época: El tema de vuestra asamblea capitular ha sido precisamente: «Religiosos y laicos orionitas en misión …», tema que habéis analizado con una perspectiva de futuro, conscientes de que las actuales condiciones sociales en que vivimos exigen a vuestra aún joven congregación nuevas formas de apostolado; formas nuevas, pero siempre animadas por el espíritu carismático de los orígenes.

Para responder mejor a vuestra vocación, queréis asociar más estrechamente a vuestro ministerio a los laicos, recordando, como subrayé en la exhortación apostólica postsinodal Vita consecrata, que los diversos miembros del pueblo de Dios «pueden y deben aunar esfuerzos, en actitud de colaboración e intercambio de dones, con el fin de participar más eficazmente en la misión eclesial» (n. 54). Estoy convencido de que una comunión más estrecha de los religiosos y de los laicos de vuestra familia, que nació del corazón del beato Luigi Orione, enamorado de Dios y de sus hermanos, llevará a un enriquecimiento espiritual de todos y a una acción apostólica y social más eficaz en el mundo.

Nuestros tiempos piden audacia y generosidad, fidelidad absoluta al Evangelio y a la Iglesia, intensa formación y apertura valiente a las necesidades de nuestro prójimo. También ahora vuestro fundador podría decir: «Hoy hace falta fuego; no una chispa, sino un horno de fuego».

 Ante todo, el fuego de la santidad. En la exhortación apostólica postsinodal Christifideles laici escribí: «La santidad es un presupuesto fundamental y una condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia» (n. 17). Y en la Redemptoris missio afirmé: «No basta renovar los métodos pastorales, ni organizar y coordinar mejor las fuerzas eclesiales, ni explorar con mayor agudeza los fundamentos bíblicos y teológicos de la fe: es necesario suscitar un nuevo "anhelo de santidad" entre los misioneros y en toda la comunidad cristiana» (n. 90).

Esto es lo que había intuido don Orione cuando, desde el Chaco argentino, lanzaba apremiantes llamamientos para el envío de nuevos misioneros del Evangelio: «¡Tengo necesidad de santos! ¡Tengo necesidad de santos!» (Cartas II, 236). La vitalidad de la congregación y de su apostolado brota de la aspiración amorosa y perseverante hacia la santidad por parte de todos sus miembros. ¡La santidad ante todo! Por tanto, el ideal de la conformación a Cristo debe ser siempre el proyecto y el dinamismo que no sólo animen la formación inicial y permanente, sino también todas las instituciones e iniciativas de caridad, el compromiso pastoral y misionero, la relación con los laicos y todos los programas de bien de vuestro instituto.

El fuego del amor divino alimenta el de la caridad fraterna. Vuestra presencia diaria entre los «últimos» os permite experimentar que es imposible difundir entre la gente el fuego regenerador del amor si no os impulsa internamente la caridad divina. Por eso, don Orione quiso una congregación que viviera un auténtico espíritu de familia, a imagen de la comunidad de los Apóstoles, en la que el vínculo del amor a Cristo era el secreto de la armonía y la colaboración. Seguid por esa línea, fieles a la intuición de vuestro padre, porque sólo así podréis trabajar juntos eficazmente más allá de las fronteras de la marginación, al servicio del hombre pobre y abandonado.

Esta necesidad del apostolado de la comunión era muy evidente para el beato Luigi Orione que, atento a los signos de los tiempos, observaba: «En un mundo cuya única ley es la fuerza; en un mundo en que resuenan a menudo voces de enfrentamientos entre pobres y ricos, entre padres e hijos, entre súbditos y soberanos; en los remolinos de una sociedad que vive y parece que quiere hundirse en el odio, opongamos el ejemplo de una caridad verdaderamente cristiana» (Parola III, 106).

Vuestro beato fundador reflexionaba: «¿Quién, en la Iglesia y bendecido por la Iglesia, irá a los más pobres, a los más abandonados, a los más infelices? Y a las almas, al pueblo, ¿cómo les mostraremos a Cristo? Con la caridad. ¿Cómo haremos amar a Cristo? Con la caridad. ¿Cómo salvaremos a nuestros hermanos y a los pueblos? Con la caridad; con la caridad que se hace holocausto, pero que lo supera todo; con la caridad que une e instaura todas las cosas en Cristo»

Amadísimos orionitas, mantened intacta esta valiosa herencia que os ha dejado vuestro fundador. Gracias a la aportación de los laicos, haced que vuestra acción apostólica sea más eficaz y adecuada a las exigencias de nuestros tiempos.

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