SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


sábado, 31 de mayo de 2025

¡¡PEREGRINEMOS, PONGÁMONOS EN CAMINO !!

 

 El Jubileo nos pide que nos pongamos en camino y que superemos algunos límites. Cuando nos movemos, de hecho, no cambiamos solo de lugar, sino que nos transformamos nosotros mismos. Por eso, es importante prepararse, planificar el trayecto y conocer la meta.

En este sentido la peregrinación que caracteriza este año empieza antes del propio viaje: su punto de partida es la decisión de hacerlo.

El recorrido, en realidad, se construye progresivamente: hay varios itinerarios por elegir, lugares por descubrir; las situaciones, las catequesis, los ritos y las liturgias, los compañeros de viaje permiten enriquecerse con nuevos contenidos y perspectivas.

La contemplación de lo creado también forma parte de todo esto y es una ayuda para aprender que cuidar la creación “es una expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad”

(Francisco).

“¡El hombre se mueve! ¡La gran máquina de vapor que le hace hervir la sangre es su corazón! En las tardes hermosas, en el azul del firmamento me vuelvo hacia las estrellas, hacia las estrellas que brillan y danzan en la armonía de los cielos y corren unas a otras. ¿Y hacia dónde corren, digo yo, hacia dónde van? Y parecen responderme: ¡en una ley armoniosa y eterna, vamos buscando a Dios!

¡El hombre, también el hombre, cuando de a poco se va alejando de Dios, se enciende y va! ¡Corre, vuela buscando a Dios!

“Nos creaste para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”. Los corazones buscan la felicidad, ¡y la felicidad está en Dios! ¡Hermosa es esta carrera para perfeccionarse en la perfección que es Dios!” (Don Orione).

Este Año Jubilar nos recuerda que toda nuestra vida es una peregrinación hacia la meta final, el cielo. Ayúdanos, Señor, a comprender la importancia de prepararnos para este viaje y conocer claramente nuestro destino. Danos la determinación y el coraje de ponernos en camino, un viaje que no signifique simplemente cambiar de lugar, sino salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás. Enséñanos a superar la diversidad y los obstáculos, a buscar la unidad y la paz.

Con tu ayuda, conviértenos y transfórmanos. Te lo pedimos por tu Hijo, Jesucristo, hecho hombre, para revelarnos tu amor. Amén.

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