SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


sábado, 25 de octubre de 2025

RECORDAMOS LA BEATIFICACIÓN DE DON ORIONE


 


La beatificación de don Orione

El 26 de octubre de 1980 en la Plaza San Pedro, frente a una multitud de fieles, el Papa Juan Pablo II anunciaba la beatificación del sacerdote italiano Luis Orione. Un gran júbilo recorrió el mundo entero uniendo los corazones de tantos y tantas que vieron cambiar su vida sustancialmente en compañía de Don Orione y su Pequeña Obra.

Los amigos, los religiosos, los alumnos y sus familias de los alumnos, los empleados, los residentes de los hogares y cottolengos, los docentes, los voluntarios, y todos aquellos que alguna vez tuvieron contacto con él o con su obra recibieron parte en el don de su santidad.

Aquel anuncio de 1980 era un paso más hacia el realizado por el mismo Sumo Pontífice 24 años después, el 16 de mayo de 2004: “Don Orione Santo”.

“Genial expresión de la caridad cristiana”

Juan Pablo II, el papa que beatificó y proclamó santo a Don Orione, manifestó en reiteradas ocasiones su admiración por el Apóstol de la Caridad.

El papa polaco destacaba la actitud y el modo de actuar de Don Orione frente a los nuevos cambios que se avecinaba: “Sintiéndose llamado por el Espíritu para reportar a Cristo al pueblo y el pueblo a Cristo, en un período histórico muy difícil de grandes cambios sociales y culturales, en el cual tanta gente era atraída por ideologías materialistas contrarias al Evangelio, Don Orione fue inspirado por un profundo sentido de Iglesia” (JUAN PABLO II, Carta para el 50° aniversario de la muerte de Don Orione).

Homilía durante la Misa de la beatificación de Don Orione

Don Luis Orione se nos presenta como una maravillosa y genial expresión de la caridad cristiana.

Es imposible sintetizar en pocas frases la vida azarosa y a veces dramática de aquel que se definió, humilde pero sabiamente, “el changarín de Dios”. Pero podemos decir que fue ciertamente una de las personalidades más eminentes de este siglo por su fe cristiana, profesada abiertamente, y por su caridad vivida heroicamente.

Fue sacerdote de Cristo total y gozosamente, recorriendo Italia y América Latina, consagrando la propia vida a los que sufren más, a causa de la desgracia, de la miseria, de la perversidad humana. Baste recordar su activa presencia entre los damnificados por el terremoto de Messina y La Mársica. Pobre entre los pobres, impulsado por el amor de Cristo y de los hermanos más necesitados, fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia, las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad y, luego, las Sacramentinas ciegas y los Eremitas de San Alberto.

Abrió también otras casas en Polonia (1923), en los Estados Unidos (1934) y en Inglaterra (1936), con verdadero espíritu ecuménico. Después quiso concretar visiblemente su amor a María, erigiendo en Tortona el grandioso santuario de la Virgen de la Guardia. Me resulta conmovedor pensar que Don Orione tuvo siempre una predilección particular por Polonia y sufrió inmensamente cuando mi querida patria, en septiembre de 1939, fue invadida y destrozada. Sé que la bandera polaca blanca y roja, que en aquellos trágicos días llevó triunfalmente en procesión al santuario de la Virgen, está colgada todavía en la pared de su pobrísima habitación de Tortona: ¡Allí la quiso él mismo! Y en el último saludo que pronunció la tarde del 8 de marzo de 1940, antes de trasladarse a San Remo, donde moriría, dice también: “Amo tanto a los polacos. Los he amado desde chico; los he amado siempre… Amen siempre a estos hermanos nuestros”.

El secreto y la genialidad de Don Orione brotan de su vida, tan intensa y dinámica: ¡Se dejó conducir sólo y siempre por la lógica precisa del amor! Amor intenso y total a Dios, a Cristo a María, a la Iglesia, al Papa, y amor igualmente absoluto al hombre, a todo el hombre, alma y cuerpo, y a todos los hombres, humildes y sabios, santos y pecadores, con particular bondad y ternura para con los que sufrían, los marginados, los desesperados.

Así enunciaba su programa de acción: “Nuestra política es la caridad grande y divina que hace el bien a todos. Que sea nuestra política la del “Padrenuestro”. Nosotros sólo miramos a salvar almas. ¡Almas y almas! Esta es toda nuestra vida; éste es nuestro grito y nuestro programa: ¡toda nuestra alma y todo nuestro corazón!” Y exclamaba así con acentos líricos: ¡Cristo lleva en su corazón a la Iglesia y en su mano las lágrimas y la sangre de los pobres: la causa de los afligidos, de los oprimidos, de las viudas, de los huérfanos, de los humildes, de los rechazados: detrás de Cristo se abren nuevos cielos: es como la aurora del triunfo de Dios! “.

Tuvo el temple y el corazón del apóstol Pablo, tierno y sensible hasta las lágrimas, infatigable y animoso hasta la intrepidez, tenaz y dinámico hasta el heroísmo, afrontando peligros de todo género, tratando a las altas personalidades de la política y de la cultura, iluminando a hombres sin fe, convirtiendo a pecadores, siempre recogido en continua y confiada oración, acompañada a veces de terribles penitencias. Un año antes de la muerte, había sintetizado así el programa esencial de su vida: “Sufrir, callar, orar, amar, crucificarse y adorar”. Dios es admirable en sus Santos y Don Orione es para todos ejemplo luminoso y consuelo en la fe.

Mantengan el espíritu del fundador

“El espíritu del Beato Don Orione invada sus almas, las sacuda, las haga vibrar con santos proyectos, las lance hacia los sublimes ideales que él mismo vivió con heroica constancia”.

Plaza de San Pedro, Vaticano, 26 de octubre de 1980 – Juan Pablo

VISITA CANÓNICA DEL ABATE CARONTI , 26 OCTUBRE


26 de octubre: el Abad Caronti comienza oficialmente la Visita Canónica Uno de los grandes deseos de Don Orione era que sus seminaristas armenios fuesen ordenados en rito armenio, por lo que le pidió a su vicario, el P. Sterpi, presentar el caso a la Congregación para las Iglesias Orientales. Él soñaba que algún día ellos pudiesen trabajar con la comunidad armenia y transformarse en un puente de unión entra la Iglesia de Roma y las Iglesias Orientales.


Pero nunca llegó a ver su deseo hecho realidad. De hecho los seminaristas Dellalian y Chamlian fueron ordenados bajo rito romano y no bajo rito armenio. Aparentemente, el Visitador Apostólico enviado por la Santa Sede, el abad benedictino Emanuele Caronti, desalentó dicha iniciativa dada la inminencia de la guerra y la conclusión del 1° capitulo general de la Congregación (Agosto de1940). 
Luego de algunos años, la Congregación obtendrá que los PP. Dellalian y Chamlian puedan celebrar la misa en rito armenio

 A pocos meses del fallecimiento de Don Orione, el Abad Emanuel Caronti, visitador apostólico de la congregación; pidió informe de cada casa.                        

En 1942 el abad Caronti con la colaboración de Don Sterpi pidió y obtuvo de la Sagrada Congregación para los Religiosos permiso para convocar el Primer Capítulo General de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad fue elegido Superiora General Madre María Francisca Cecchetti. La nueva Superiora General y su Consejo, inició la redacción de las constituciones de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad. Colaboró, el ​​abad Caronti y sacerdotes orionitas.

 Fuente: fragmentos de distintos escritos : Conociendo a Don Orione del P. Fernando Fornerod; Papasogli, Don Orione.org.