¿Alguno se acuerda de los almanaques que tenían las fases de la luna y los santos de cada día? Las fases de la luna (nueva, creciente, cuarto creciente, llena, menguante, cuarto menguante) eran, y son, tenidas en cuenta para sembrar, cortar madera, echar a las gallinas cluecas o cortarse el pelo.
Bueno hoy necesitaríamos uno de esos almanaques para ver cuando cae el primer domingo después de la luna llena del equinoccio de otoño en este hemisferio (o de primavera en el país Jesús) ese será el domingo de Pascua, que va precedido por la Semana Santa que comienza el domingo anterior llamado de los Ramos. Por eso cuarenta días antes del domingo de Ramos marcamos un miércoles que llamamos de ceniza y dos días antes se marca el carnaval.
Si bien el equinoccio de otoño sucede entre el 20 y 21 de marzo, la primera luna llena después del equinoccio de otoño puede aparecer entre el 22 de marzo y el 25 de abril, por eso estas festividades son móviles en nuestro calendario.
Este año la primera luna llena después del equinoccio de otoño será el 14 de abril (Pascua judía) y por lo tanto el domingo siguiente será Pascua de resurrección, el 20 de abril.
Hoy, cuarenta días antes del domingo de Ramos, se marcarán nuestras frentes con cenizas invitándonos a convertirnos y a creer en el Evangelio, inaugurando así el camino de preparación hacia la Pascua.
Quisiera subrayar algunos elementos de esta conversión al Evangelio que dan contenido al gesto de la imposición de las cenizas.
El mensaje del papa Francisco para esta Cuaresma nos invita a dejarnos enriquecer por la pobreza de Cristo que se "hizo pobre para enriquecernos con su pobreza".
Jesús, al despojarse de su "categoría de Dios asumiendo la condición de esclavo" se hace pobre y eso nos enriquece, riqueza que consiste "precisamente con su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como buen samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del camino"
Su pobreza: es que bajó del cielo
Nuestra riqueza: es que bajó para estar cerca de nosotros, de los pobres.
Cristo se acerca a través da cada uno de nosotros en la medida en que nosotros en su nombre nos acercamos a los demás.
En el documento de Aparecida leemos: "Sólo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los pobres de hoy, sus legítimos anhelos y su modo propio de vivir la fe. La opción por los pobres debe conducirnos a la amistad con los pobres" en los pobres esta Cristo enriqueciéndonos con su pobreza, o sea con su cercanía y amistad.
¡Las cenizas implican una conversión que se traduce en cercanía hacia los más pobres!
Varias veces he hablado de los pobres y varias veces me dijeron cosas como estas:
"padre, los pobres son todos ladrones, peligrosos, delincuentes, ¿cómo nos podremos acercar a ellos?"
Lo primero que hay que decir es que nos acercamos a los pobres no porque ellos sean buenos, sino porque Dios es bueno.
En este sentido la Palabra de Dios es clara,"lo que expresan los textos bíblicos es la absoluta prioridad de la salida hacia el hermano". La Biblia prioriza esa cercanía que nos hace amigos y que nos inspira el gesto y la palabra oportuna ante el hermano solo y abandonado.
Es verdad que a veces hablamos de caridad..."pero es un mensaje al cual frecuentemente nos acostumbramos, lo repetimos casi mecánicamente, pero no nos aseguramos de que tenga una real incidencia en nuestras vidas y en nuestras comunidades"
Ya lo decía Don Orione: "La caridad tiene hambre de acción , si bien es una actividad que sabe a eterno y divino, la caridad no puede ser ociosa"
Estas cenizas nos invitan a ser concretos, ¡no podemos dejar de sacar las consecuencias prácticas de esta enseñanza...! las cenizas nos están diciendo que " ya no se puede decir que la religión debe encerrarse en el ámbito privado y que esta solo para preparar las almas para el cielo"
En este sentido toda la comunidad parroquial tiene que comprender lo que dice el papa Benedicto XVI: "el servicio de la caridad es una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia"
En pocas palabras: ¡sin la caridad la Iglesia dejaría de existir!
¿Como es posible, entonces, que no todas las comunidades y capillas están representadas en Cáritas parroquial?
¿Y cuándo hay referentes en las comunidades, estos trabajan solos no logran armar un pequeño equipo porque las personas no se comprometen?
¡Que pocos son los que se ofrecen a dar una mano en Cáritas!
Cuando pregunte cual sería la razón de esto me dijeron:
"Lo que pasa que es más fácil venir a rezar, alabar e invocar al Espíritu, estar con el Santísimo que comprometerse en la fatiga de ayudar a los más pobres"
"Las reuniones son más atractivas que estar haciendo guardia esperando a un pobre para entregarle alimentos" "No todos sienten la vocación de servicio de ir a visitar a las familias más pobres"
Por esta razón me pregunto ¿no habremos, en algún modo, caído en la "mundanidad espiritual"?
El papa Francisco nos explica: "¿de qué debe despojarse la Iglesia? Despojarse de toda mundanidad espiritual, que es una tentación para todos; despojarse de toda acción que no es por Dios, no es de Dios; del miedo de abrir las puertas y de salir al encuentro de todos, especialmente de los más pobres, necesitados, lejanos..."
Tenemos que despojarnos de la tranquilidad aparente que dan las estructuras pastorales, nuestras celebraciones, las devociones y los rezos; que sin una referencia concreta hacia los pobres, que en la iglesia son "una expresión irrenunciable de su propia esencia", se transforman en una vanidad hueca.
¡Cuantas veces hemos oído!: “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe"
¡Para eso esta Caritas parroquial!
Cáritas nos ayuda a evitar que nuestra comunidad parroquial caiga en la mundanidad espiritual, "es ciertamente ridículo que un cristiano, un verdadero cristiano (dice el papa Francisco) que un sacerdote, una religiosa, un obispo, un cardenal, un Papa, quieran ir por el camino de esta mundanidad, que es una actitud homicida. ¡La mundanidad espiritual mata! ¡Mata el alma! ¡Mata a las personas! ¡Mata a la Iglesia!"
Por eso San Luis Orione suplicaba a Dios:
"Jesús mío, yo deseo cantar el cántico divino de tu caridad, pero no quiero esperar hasta llegar al Paraíso para cantarlo... te suplico, mi dulce Señor... que tengas la bondad de concederme que yo pueda comenzar este dulce cántico ya desde la tierra, desde aquí, Señor... Dios mío, haz que toda mi vida sea un holocausto, un himno, un cántico sublime de caridad y de consumación total...Que toda esta pobre vida mía sea un solo cántico de divina caridad en la tierra, porque quiero que sea - por tu gracia, oh Señor - un solo cántico de divina caridad en el
cielo! Caridad! Caridad! Caridad!"
En este tiempo tendremos la oportunidad de expresar nuestro compromiso solidario a través del ayuno que debe transformarse en limosna para los pobres. "La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse y nos hará bien preguntarnos de que podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza."
Cáritas parroquial, unida a Cáritas Arquidiocesana de Resistencia, nos ofrece un vasito para llenarlo con el fruto de nuestro ayuno..."no olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería valido un despojo sin esta dimensión penitencial. desconfío de la limosna que no cuesta y no duele" nos recuerda el papa Francisco.
Recibamos estas cenizas, entonces, como compromiso de poner a los pobres en el centro de la vida de nuestra comunidad parroquial, con el estilo San Luis Orione, para evitar caer en la "mundanidad espiritual" y así animarnos a un generoso y solidario ayuno. Y entonces llegara la noche de la vigilia Pascual en que nos lavaran las cenizas de nuestra frente y al resplandor del Cirio veremos a "Cristo que viene vivo con los vivos a darnos vida con su vida en la efusión copiosa de la redención, como lo vio Don Orione. Avanza radiante, envuelto en su gran manto de misericordia, amable y poderoso, coronado con signos de victoria. Avanza al grito angustioso de los pueblos: Cristo viene llevando en su corazón la Iglesia y en sus manos las lágrimas y la sangre de los pobres: la causa de los afligidos, los oprimidos, las viudas, los huérfanos, los humildes, los marginados"
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