EN EL PRIMER DÍA DE LA NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, COMPARTIRÉ ALGUNAS ANÉCDOTAS DE LA CURIOSA VIDA DE ORIONE Y LA VIRGEN MARÍA.
LA ERMITA DE LA VIRGEN EN EL CAMPO.
Estas y otras cosas dan que pensar a la atenta
mamá Carolina .
Luis no falta jamás al catecismo y con gusto
hace de monaguillo en celebraciones litúrgicas; en casa juega a "las
procesiones" y a "decir misa" con viejas prendas del arcón de la
abuela por ornamentos; disfruta en grande cuando va a la parroquia a cantar el
miserere con el sacristán, o cuando puede colgarse de las campanas y
arrancarles distintos y múltiples tañidos.
Pero hay una cosa que impresiona y llena de
consuelo a mamá Carolina: a menudo, Luis se va por los campos, hasta una
capillita muy pequeña que encierra una imagen de la Virgen María, y le lleva
flores; en invierno, cuando los campos están cubiertos de nieve y no hay flores
por ninguna parte, Luis recorta flores de papel -por las noches, aun cayéndose
de sueño- para luego llevárselas a la Virgen.
Un día, Luis vuelve de la iglesia impresionado.
- ¿Qué sucede? -pregunta la madre-.
- El padre misionero, el que ha venido de
afuera, comienza todas sus prédicas de esta manera, mamá: "Si sólo un alma
se ha, y se pierde ¿qué será? ¡Dios me ve, El me juzgará!".
Otro día, llega empapado hasta los huesos.
- ¿Qué has hecho de tu paraguas ? -pregunta la
madre-.
- No te enojes, mamá: yo tengo casa y piernas
para correr a ella...encontré un pobre que no tenía donde protegerse de la
lluvia y le di el paraguas.
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