SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


martes, 21 de noviembre de 2023

VENERABLE DON CARLO STERPI




Venerable don Carlos Sterpi

1874-Fidelísimo colaborador y primer sucesor de don Orione, a un espíritu profundo de santa obediencia y abnegación unió una gran humildad y caridad.El venerable Don Carlos Sterpi nació en Gavazzana (Alejandría) y murió en Tortona (Alejandría) el 22 de noviembre de 1951. Los cincuenta años del piadoso tránsito se festejan en el pueblo natal y en Tortona, donde reposan los restos mortales en la cripta del Santuario de la Virgen de la Guardia. Fue el primer sucesor de Don Luis Orione en la dirección de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, de la cual es considerado también como cofundador, no en el sentido de portador del carisma de fundación, sino en cuanto colaborador íntimo y determinante de Don Orione, con quien vivió en total y constante sintonía.De una gran personalidad humana y espiritual, Don Sterpi quiso identificarse precisamente como “primer discípulo y colaborador de Don Orione”, cuyos ideales espirituales y grandes aperturas apostólicas tradujo en la formación y en la organización práctica. Por su parte, Don Orione le manifestó una estima y afecto muy especiales. Cuando estaba por partir para su primera visita a América Latina, en 1921, escribió: "Si Dios me dijera: 'Quiero darte un continuador que sea según tu corazón'”, yo le respondería: 'No te preocupes, Señor, porque ya me lo has dado en Don Sterpi”. Las palabras pronunciadas por Don Orione en vísperas de su muerte confirman la amistad fraterna que los unía: "Son más de cuarenta años que Don Sterpi y yo nos conocemos y nos queremos realmente mucho".

Carlos Sterpi provenía de una familia de minifundistas de Gavazzana, muy religiosa y estimada incluso en el ámbito civil. El padre fue por mucho tiempo alcalde del pueblo. La madre era de ánimo noble y religioso; cuando supo del deseo del hijo de ser sacerdote le dijo: “Está bien, te doy el permiso de hacerte sacerdote, pero mira que tienes que ser totalmente de Dios!”.

Cuando entró al seminario de Tortona, se encontró con Luis Orione. "Como también yo entré en filosofía – recordaba Don Sterpi – pude estar junto a él, y tuve la suerte de estar a su lado en todas partes: en el banco de clase, en el dormitorio, en el refectorio, en la capilla, y en los paseos. Siempre a su lado". En este constante estar uno al lado del otro nació y se consolidó una profunda sintonía espiritual. Una santa amistad. En octubre de 1895, Don Orione, ordenado sacerdote hacía pocos meses, obtuvo de mons. Bandi la posibilidad de tener al clérigo Sterpi como ayudante en el Instituto para niños fundado por él dos años antes en el barrio San Bernardino de Tortona. Sterpi recordará siempre cómo empezó esa colaboración. Cuando se presentó en el colegio, Don Orione estaba ayudando a los niños en el estudio. "¡Bravo! Llegaste justo a tiempo – le dijo -. Reemplázame un poco aquí". Salió y me dejó solo con todos esos niños”. Y Don Sterpi comentaba: “¡Si habrán pasado ‘momentos’ desde entonces! Aquel ‘poco’ debía durar algunos años...". Duró toda la vida.Don Sterpi era de modesta apariencia, pero de los rasgos de su rostro cubierto de ternura maternal se irradiaba una piedad profunda. Para los Hijos de la Divina Providencia fue un padre y una madre, a la vez. “Un sacerdote que tiene todo el aspecto de sacerdote: así es nuestro Don Sterpi”, dijo de él Don Orione.

Compartió de lleno el espíritu y el camino histórico del Fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, a la que ayudó, sostuvo y defendió con fortaleza en determinados momentos críticos. Junto al padre Don Orione, muchos reconocían espontáneamente en él los rasgos de la figura materna porque en sus actitudes personales y en su función manifestaba las preocupaciones por la educación y el cuidado de las personas, y de la casa, propias de una madre. Su persona suscitaba en los que se acercaban a él una espontánea sensación de respeto y de fascinación. Su mirada penetrante, sus actitudes siempre calmos y ponderados, su equilibrada firmeza a la hora de tomar decisiones facilitaban tanto la confianza como la obediencia.

El 12 de marzo de 1940 murió don Orione, y el 13 de agosto el primer Capítulo general eligió unánimemente a Don Sterpi como Director general de la Congregación, que ya contaba en ese entonces con 820 religiosos.

Don Sterpi se sometió en esos años a una extenuante mole de trabajo en el nuevo cargo que se le había confiado y, además, debió hacer frente a los inconvenientes, las dificultades y las preocupaciones provocadas por la guerra que ensangrentó Italia desde 1940 a 1945. Manifestó capacidades organizativas, clarividencia y un sacrificio personal conmovedor. Tuvo el consuelo de recibir, el 21 de enero de 1944, la aprobación pontificia de la Congregación. Aquel “decretum laudis” sobre las Constituciones sellaba 50 años de trabajo, de sacrificios y de oraciones. Don Sterpi estaba radiante, pero no quiso celebraciones exteriores, sino oración y fidelidad: “En las Constituciones, sobre las cuales está puesto el sello de la Santa Sede – escribió – es Don Orione quien continúa estando en medio de nosotros, con todo su espíritu”.

En 1946, terminada la guerra y dándose cuenta de que sus condiciones de salud no estaban a la altura de la misión que se le había confiado, Don Sterpi tomó la decisión de renunciar voluntariamente al cargo de Superior general. Desde ese momento, libre ya de compromisos apremiantes, quiso vivir en la discreción, en Tortona, dedicándose al ministerio de la paternidad como consejero de los religiosos y al cuidado directo de un grupo de niños huérfanos en Tortona. Fue la áurea preparación al epílogo de una vida dedicada totalmente a Dios y al prójimo. Murió en su pequeña habitación el 22 de noviembre de 1951

Lo Recordamos  pidiendo  siempre  su intercesión por  el don de la buenas vocaciones religiosas y buenos formadores.


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