SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


sábado, 10 de agosto de 2024

EN ACTITUD DE SALIDA



En actitud de salida La Iglesia es en salida o no es Iglesia, y está "llamada a ser siempre la casa abierta del Padre". De modo que, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, "no se encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas”. Catequesis del Papa

a. Una dinámica vital
“En salida”: esta expresión, típicamente bergogliana,6 no hace más que ubicarnos en la dinámica con la que nació la Iglesia. Bien sabemos que Jesús, en los Evangelios sinópticos, mandó a sus apóstoles
(Lc 9, 1-6; Mt 10, 1 ss.; Mc 6, 7-13) y a sus discípulos (Lc 10, 1-12)
a anunciar el Reino. Luego de los acontecimientos de la Pascua, les confió la misión universal, que desde Jerusalén se fue desplegando de una forma llamativa, por la acción del Espíritu (cf. Hech 6—28). Así, por voluntad del mismo Jesús, la Iglesia surgió como una convocación (ecclesia) para salir a anunciar el Reino, para abrirse a la aventura misionera.
El apóstol Pedro, luego de Pentecostés, comienza su misión proclamando con fuerza el anuncio fundamental del Evangelio (kerygma) por la región de la Palestina. Pablo, por su parte, consumió todas sus energías en la propagación del Evangelio, pues esa era su vocación más honda: “¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Cor 9, 16). La sintonía entre el gran misionero del Nuevo Testamento y Don Orione,  sintieron fuertemente la moción del Espíritu para salir a la misión, estando presente en realidades de avanzada, poniendo así a la Vida Religiosa “en primera línea”. 9 La misericordia ha sido el motor que llevó a numerosos fundadores a incursionar con notable audacia (propia de los santos) en los nuevos ámbitos de la caridad social. Entre ellos, el Papa Benedicto XVI ha destacado a Don Orione, quien se ha puesto en salida para llevar la luz del amor divino a nuestra historia. A la luz de toda esa evolución de la Vida Religiosa que de modo muy sintético hemos mencionado, se comprende que el Papa Francisco destaque el “profetismo” como el rasgo esencial de los religiosos y consagrados en nuestros días.
La Pequeña Obra de la Divina Providencia también nació con ese dinamismo ad extra, por ese intenso deseo de Don Orione para llegar con su caridad a todas las personas. De aquí que en muchos de sus escritos (como primera frase o en el desarrollo de los mismos) aparezcasu otro lema “¡Almas, almas!”. Las fuentes nos demuestran que nuestra familia religiosa nació en esa sana tensión a salir, pues se sentía llamada a comunicar la misericordia divina de la que había sido destinatario el santo fundador.
Qué gran ideal es para un Hijo de la Divina Providencia subir al altar, consagrarse a la Virgen Santísima y a la Iglesia y a la Congregación y luego visitar la familia para despedirse y embarcarse


jueves, 8 de agosto de 2024

VIDA COMÚN Y CARACTER RELIGIOSO EN LA COMUNIDAD

  

La tarea específica del superior es cuidar el carácter "religioso" y la "vida común" de la comunidad.

          Ciertamente nadie duda de la apostolicidad y proximidad a las personas vividas y transmitidas por Don Orione, pero en sus elecciones prácticas reaccionó a un estilo “¿secular”?  individual? de apostolado e inculcado la vida fraterna en comunidad como condición y bien indispensable de los religiosos.

            Escribe a Don Zanocchi que tiene firmeza con respecto a un cohermano digno.

            "Don Contardi volvió a entrar en las carpas de la Congregación, y con espíritu de humildad se puso en plena obediencia y vida religiosa. En conciencia ya no puedo tolerar que un religioso esté fuera de la comunidad. No puedo admitir excusas ni proteccionismo: Todos ustedes deben estar  interesados ​​en la vida religiosa Sobre todo, quiero que tengan un gran vínculo de caridad entre ustedes: un gran espíritu de disciplina y unión y una gran observancia en la vida religiosa.

            Haz todo con caridad, pero con determinación. Vigila, ama en Jesucristo Crucificado, soporta, perdona y pastorea las almas de los Religiosos que te han confiado el dulce y delicioso pasto de la caridad y la humildad.

            Sé enemigo abierto de los vicios, pero médico de los viciosos: velar, orar y buscar en el Corazón de Jesús todos los medios para restaurar en el nuestro una vigorosa salud espiritual y religiosa: la vida religiosa ". [3]

 escribía Don Orione, "si los religiosos no están más que bien formados, se aleja y se aparta del espíritu de regularidad religiosa".

 

    

miércoles, 7 de agosto de 2024

DON ORIONE Y SU OPCION POR LAS OBRAS DE CARIDAD



DON ORIONE Y SU OPCION POR LAS OBRAS DE CARIDAD
En la vida de Don Orione las obras de caridad no han sido solo una actividad en favor de los necesitados, sino una experiencia mística y apostólica: la del amor al prójimo y a Dios, “dos llamas de un solo y sagrado fuego”1.
La figura de San José Benito Cottolengo influyó muchísimo en el joven Luis Orione. Si bien Don Orione no conoció a este gran santo, conoció su obra, y en honor a él llamó a sus casas para gente con discapacidad "Cottolengos".
San José Benito Cottolengo fue un gran inspirador, junto a San Juan Bosco, de Luis Orione y de todo el apostolado de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Al sentimiento de cariño, amor y ternura hacia los más pobres y desdichados, Luis Orione unió la confianza en la Divina Providencia, fundamento de la Obra del Cottolengo.
Una breve mención al período histórico en el cual creció Don Orione para poder comprender mejor el sentido de sus obras. Él vivió sus años juveniles a fines de 1800, en un período de fuertes tensiones y grandes fermentos. En 1867 aparece “El Capital”, de Marx, y en 1869 se abre el Concilio Ecuménico Vaticano I durante el cual nada se dijo sobre la cuestión social. Recién en 1891 el Papa León XIII con la Encíclica “Rerum Novarum” afronta magistralmente la cuestión social.
Don Orione, quien contaba con 19 años, seguía con atención las “cosas nuevas” que agitaban la sociedad. Él, a la fuerte percepción de las necesidades sociales, al compromiso por la solución de la cuestión social, a las reivindicaciones y a las luchas de los trabajadores y a las intervenciones puntuales para hacer frente a las exigencias inmediatas de los pobres unía la grandiosidad de la visión que orientaba y conectaba su actividad caritativa hacia una perspectiva de regeneración verdaderamente “católica”2. 
Don Orione se coloca en la fila de los santos “sociales” de este período: él elige el vasto mundo de los marginados, logrando ser realmente pobre entre los pobres, buscando el rostro de Cristo en los marginados3. 
Por lo tanto, constatando que “hay una corrupción espantosa en la sociedad, hay una ignorancia de Dios espantosa; hay un materialismo un odio espantoso”, se considera convencido que “sólo la Caridad podrá llevar a Dios los corazones y las poblaciones, y salvarlas”4. 
Don Orione y su opción por las obras de caridad
Sabemos que los “Pequeños Cottolengos” constituyen un capítulo fundamental para la historia de la multiforme actividad caritativa de Don Orione, a pesar de ser el epílogo de lo que inició en 1893 para los niños pobres.
La compasión hacia los enfermos y los que sufren se inflamó más que nunca, encontrando las filas de pobres y desdichados hospedados en la Pequeña Casa de la Divina Providencia como él mismo nos cuenta:
“Recuerdos mis años juveniles, cuando estudiaba en Turín, en la casa de Don Bosco. Un día nos llevaron a pasear. Nos concedían un paseo semanal. Íbamos a lo largo de la avenida, cuando encontramos una larga fila de personas que nunca acababa, y parecía interminable. Iban formados de a cuatro y se tomaban de a dos las manos. Iban como en cadena: y algunos desbordaban por aquí, y otros por allá. Eran lisiados, ciegos, rengos, jóvenes y viejos. Quien los guiaba era uno de ellos, un poco… mejor, pero que estaba de pie con dificultad y desbandaba mucho también él…
Cada vez que me llevaban a pasear, yo quería, en mi corazón, ver a aquellos pobrecitos. La gente los miraba: los transeúntes se detenían sorprendidos; y luego meneaban la cabeza y seguían y seguían murmurando: -¡son los del Cottolengo… cosa de Cottolengo!...Yo los miraba, deseaba encontrarlos, los sentía hermanos, los amaba. No conocía su patria de origen, ni sabía cómo se llamaban. No tenía importancia para mí… salían de una gran casa: pero el Cottolengo quiso llamarla ‘Pequeña Casa’, porque la Casa de la Divina Providencia es el universo.
¡Cuántos infelices! la última vez que fui a la ‘Pequeña Casa’, había trece mil infelices hospedados: una verdadera ciudad de dolor… o es casa del misterio o es el milagro continuado de la Divina Providencia; una casa que vive sin bienes propios, sin renta fija alguna. La casa es el milagro permanente de la divina providencia. ¡Contra el positivismo y el materialismo está el Cottolengo! Allí hay muchos y muchas más de lo que yo encontraba en el paseo; la mayoría no puede salir; están siempre en la cama y viven postrados en camillas, carritos, cochecitos.  “¡Es un milagro” y el mundo los rechaza como desechos, escombros de la sociedad!
Cuando estaba en el oratorio de Don Bosco, recuerdo que nos llevaban a pasear, allá alrededor del Cottolengo de Turín. Y pasando por allá se veían aquellos pobres enfermos y epilépticos. Y yo me sentía atraído por aquellos pobrecitos, los miraba con compasión, y sentía gran deseo de ir al encuentro de ellos para aliviar sus sufrimientos. Experimentaba como una gran alegría en verlos, y aquella era la diversión más grande de mi paseo…”5 (4.6.1939).
Esta fuerte experiencia de caridad y la identificación de Don Orione con los sufrientes permitió que se abrieran así las puertas del Pequeño Cottolengo, como metáfora viva de la caridad de Dios que abraza toda la historia, toca y transforma los corazones para que sean más humanos.
[...]Oh Jesús, en verdad tú has sido el desecho del mundo y en esto nuestros queridos pobres del Pequeño Cottolengo se asemejan un poco a ti. Oh Jesús, tu primer pueblo te ha rechazado y no quiso recibirte. Te convertiste en el gran Repudiado. Tú no has tenido otra cosa que una gruta abierta a la intemperie: Tú eres el Primero de los pobres del Cottolengo [...] 6
A todo Orionita se le invita a estar atento para comprender al fundador. La aproximación al hermano que necesita no brota sólo de una intensa compasión humana, sino de una experiencia de amor y de fe: “¡Cuántas veces he sentido a Jesucristo cerca mío! Lo he vislumbrado en los más despreciados y más infelices” 7. A nosotros nos toca repetir, nada menos, que la experiencia de Don Orione.
Don Orione y su opción por las obras de caridad
1 “La Iglesia es caridad”, P. Fernando Fornerod. 2 Proyecto Orionino de Pastoral para las Obras de Caridad, pág. 24. 3 Cfr. Borzomati Pietro en “Laici con Don Orione”, Movimiento Laical Orionino, Roma 1998, pág. 74. 4 Lettere I, 182. 5 Secretariado de Espiritualidad, San Juan Bosco y el Beato Luis Orione; un adolescente en la escuela de un Gigante 1886-1889, I, Pequeña Obra de la Divina Providencia, Buenos Aires, 1989. Págs. 111-116.
6 DOr 1, citado en: FERRONATO, E., «L’inno della carità»,1968, pág. 30.
7 Lettere II, pág. 462. Carta de Don Orione a los religiosos escrita desde Argentina, 24 de Junio de 1937.
Por Micaela TERCERO


lunes, 5 de agosto de 2024

SEMBRAR Y ARAR A CRISTO EN LA SOCIEDAD:

 

Amigos, miremos hacia lo alto, y después trabajaremos más, trabajaremos siempre mejor y siempre más, pro aris et focis; por la Iglesia y por la Patria.

¡Si alguna vez hubiéramos estado somnolientos, despertémonos y Cristo nos llenará de luz!

Revistámonos de la de la armadura completa de Dios, para que podamos resistir con coraje al mal y hacer el bien: fortifiquémonos en el Señor y en su fuerza omnipotente.

¡Y adelante en el santo cansancio! Gracias a Dios, creemos que estamos a los pies de la iglesia, continuemos por el buen camino con ilusión: ¡trabajo, trabajo!

Acción, oh amigos, acción católica, sí y como la quiere el Papa, como la quieren los Obispos: amor a Dios y celo por la Iglesia, oración, hacer el bien con prontitud, para nuestra santificación y para la salvación del hermano. ¿Son nuevos los tiempos? Fuera los temores, no dudemos: tratemos de conquistarlos con ardiente e intenso espíritu de apostolado, de sana e inteligente modernidad.

Adoptemos nuevas formas, nuevos métodos de acción religiosa y social, bajo la guía de los obispos, con Fe firme, pero con criterios y espíritu anchos.

Nada de espíritus tristes, nada de espíritus cerrados: siempre con corazón abierto, con

espíritu de humildad, de bondad, de alegría. Recemos, estudiemos y caminemos. No nos fosilicemos.

Los pueblos caminan: mirando a Dios y a la Iglesia caminemos también nosotros, no nos hagamos remolcar. Todas las buenas iniciativas se hagan con criterios modernos, basta con sembrar, basta con poder arar a Jesucristo en la sociedad, y fecundarla en Cristo. En las manos y a los pies de la Iglesia, queremos, debemos ser levadura, una fuerza pacífica de renovación cristiana: confiando en Dios, queremos restaurar todas las cosas en Cristo. ¡Trabajo! ¡Trabajo! He aquí la enseñanza de la historia, el ejemplo de los santos, la orden del Vicario de Cristo, la ley nos fue dada por Dios. Fuertes en la Fe y con un solo espíritu, en la incorrupta doctrina de la Iglesia, florezca incesantemente en nosotros la verdad en la dulce y activa caridad.

Pongamos todas nuestras actividades al servicio de la Religión y de la Patria: busquemos solo y siempre el honor de Dios, el bien de la Iglesia y la salvación del prójimo. Con humildad y fervor llevemos por todas partes la huella viva y luminosa de nuestra Fe y de la doctrina de Cristo: ¡trabajemos! ¡Trabajemos! ¡Adelante con Dios y con María Santísima! Y cada día como el primer día: ¡adelante, siempre adelante en las empresas benéficas!

Con vigor siempre nuevo, con Fe siempre más viva, ardiente, mayor, trabajemos sin

descanso, oh hermanos, para dilatar el Reino y la caridad de Jesucristo y para la salvación de las almas. ¡ANIMAS y ANIMAS! (Nel nome Della Divina Providenza, 92-93)

domingo, 4 de agosto de 2024

5 DE AGOSTO, 1921, DON ORIONE EN BARCELONA




Es la primera tierra fuera de Italia tocada por Don Orione. Por unas horas. Un paso importante.

El centenario de la salida de Don Orione de Génova (4 de agosto de 1921) y su parada en Barcelona (5 de agosto de 1921) no podían pasarse por alto en silencio.

Para convertirla en objeto de devota y esmerada investigación fue la prof.sa Ana Villaverde de Posada de Llanes. Dio un breve reportaje en una interesante conferencia online promovida como parte de la amistad entre Pontecurone (Italia) y Posada de Llanes (España).

El 5 de agosto de 1921, hace101 años, Don Orione puso un pie por primera vez fuera de Italia y estuvo en Barcelona, España.

Se había embarcado con los dos hermanos P. Mario Ghiglione y P. Camillo Secco en la tarde del 4 de agosto de 1921, en Génova, en el barco italiano "Principe di Udine".

El viaje duró quince días y llegó a Guanabara (Río de Janeiro) el sábado 19 de agosto.

Se sabía que el barco había hecho parada en Barcelona el 5 de agosto; ahora la investigación nos ha permitido tener más noticias.

El diario "La Vanguardia" del 6 de agosto informa: "A primera hora de la tarde llegó el príncipe del vapor postal transatlántico de Udine, lloyd Sabaudo, cargado de mercancías y numerosos pasajeros en tránsito. Después de abordar a otros pasajeros y equipajes, el barco continuó su viaje a Buenos Aires y escalas.

Don Orione, que tenía un pasaporte diplomático que le había dado Benedicto XV, podía bajarse de esas tres o cuatro horas previstas.

¿Qué hizo?

Ciertamente envió seis cartas que ya había escrito antes de bajar: a Don Sterpi (Tortona), Don Montagna (Tortona), Don Giorgis (Cuneo), Don Cremaschi (Villa Moffa di Bra), Don Adaglio (Ognissanti di Roma), a las Hermanitas Misioneras de la Caridad (Tre Mulini, Reggio Calabria); había preparado una séptima, al obispo Bandi, pero la olvidó en el Breviario.

En el poco tiempo disponible durante la parada del vapor en Barcelona es fácil pensar que Don Orione fue a la cercana Basílica de Santa María del Mar, una obra maestra de la arquitectura catalana, que se encuentra a unos cientos de metros del muelle y se puede llegar en 15 o 20 minutos a pie.

Una oración dedicada y el viaje continuó. Con las otras 1000 personas embarcadas en busca de trabajo y bienestar, Don Orione abandonó la costa española en la tarde del 5 de agosto de 1921, cuando el sol se puso en las cálidas y serenas aguas del Mare Nostrum.

fotos: La nave "Principe di Udine" que trasportò a Brasil Don Luigi Orione, Don Mario Ghiglione y Don Camillo Secco.

 El puerto de Barcelona

La Basilica di Santa Maria del Mar

fuente Messaggi Di Don Orione

martes, 30 de julio de 2024

DON ORIONE Y LOS LAICOS



El compromiso de los laicos con el espíritu y el carisma, que Don Orione dejó para toda la humanidad y para la Iglesia, tiene sus raíces históricas en la especial sensibilidad y en la voluntad del propio San Luis Orione.

De hecho, en su vida, se puede ver cómo él mismo implicó a los laicos desde los inicios de la fundación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, les formó espiritualmente, les preparó para colaborar dentro y fuera de sus mismas obras en el apostolado de la caridad que abre los ojos de la fe y que aprieta a los pequeños, a los pobres y al pueblo hacia la Iglesia y al Papa, para Instaurare omnia in ChristoUn carisma como el de San Luis Orione es un don particular del Espíritu Santo para seguir a Jesucristo y vivir el Evangelio al estilo orionita. Siempre para el bien de todos y en sintonía con la misión de la Iglesia y es por tanto católico, es decir, destinado a todos los pueblos, culturas y situaciones históricas.

Para realizar el "sueño" de llevar el Evangelio y la caridad a todos los pueblos, Don Orione entendió perfectamente que debía buscar la colaboración y la corresponsabilidad de los laicos; ellos podrían tomar parte en las actividades de la Pequeña Obra en el campo de las realidades temporales con los religiosos y religiosas e ir allí donde estos no pudieran llegar, asegurando así la presencia de la Iglesia en el servicio misionero y apostólico de la caridad.

Él, fue un pionero de la vocación de los laicos invitándoles a participar en la vida y en la misión de la PODP.(pequeña Obra de la Divina Providencia)

Muchos son los momentos y acontecimientos que ÉL vivió junto a los laicos, a quienes siempre distinguió como actores centrales de su gran obra
Se encontraba con sus amigos y colaboradores para escucharles y confortarles paternalmente.
En sus últimos años de vida se dedicó a organizar jornadas de retiro para ellos. Todo esto se debe a la profunda intuición de que el pueblo cristiano es el verdadero artífice de la renovación de la sociedad.

La atención particular, afectuosa y paternal de Don Orione con los laicos, se ve reflejada en muchos de sus escritos y cartas personales en las que no dejaba de infundirles parte de las aspiraciones de su espíritu y les ayudaba con sus consejos.

 Es preciso destacar a Orione siendo joven y aun clérigo, en 1890, ya participaba de dos asociaciones laicales: la conferencia de S. Vicente de Paul y la Sociedad de Socorros Mutuos “San Marziano”.

Su primer colegio de “San Bernardino” (1893) en Tortona, fue fundado como un “Convitto Paterno”, por iniciativa de una “Asociación de Padres”, y dirigido por Don Orione con la ayuda de laicos de buena voluntad.

Organizó a los laicos en las asociaciones de las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos».

Tambien, en 1899 en Turín, Don Orione lanzó el proyecto de la primera Asociación femenina: (relata en un escrito de la época “En torno a nuestro Instituto surgen las Damas de la Divina Providencia, una gran asociación donde todas las almas se unen en las obras de caridad, y en un mismo espíritu de abnegación y sacrificio”.)

A su vez, ya en las Constituciones manuscritas de 1904, Don Orione prevé una forma de consagración para los laicos que “anhelan con toda el alma alcanzar la perfección, y que estarían dispuestos a hacer los votos, si les fuera permitido”. Este deseo del Fundador se ha hecho realidad a través del Instituto Secular Orionita.

Don Orione veía a los Ex alumnos “como apóstoles”; muchos de ellos, en la vida civil, continúan siendo, como laicos, parte viva de la Familia Orionita.

A través de la correspondencia personal y de la formación de una Asociación (1934), cultivó en ellos una permanente participación en la vida y en los ideales de la Pequeña Obra. Don Orione veía claramente la necesidad de trabajar codo a codo con los laicos, como queda reflejado en este fragmento de una carta suya.

Es notable la capacidad del Fundador para cuidar de los Amigos, a los que veía como verdaderos discípulos y colaboradores. En la relación cotidiana, los guiaba y formaba, los comprometía en las obras de caridad y los animaba en lo que era propio de su estado y profesión.

Después de su muerte, todas estas iniciativas, fueron continuadas por muchos de sus discípulos, atendiendo también a los progresivos cambios de las condiciones sociales y del sentir eclesial, hasta llegar a esta realidad que hoy se llama Movimiento Laical Orionita.

 “Queremos entusiasmar a todos los laicos y laicas a tomar conciencia de que somos una parte importante de la familia, y que ésta necesita de nuestra participación y de nuestra vocación específica para que se multiplique y extienda el carisma que compartimos con los Religiosos y Religiosas. Queremos ser fieles y corresponsables sabiendo que somos como faros que deben hacer resplandecer la luz del Evangelio, impregnando al mundo y a la Iglesia de la vitalidad, la audacia, la apostolicidad y fundamentalmente de la caridad que hizo Santo a nuestro querido Don Orione. Estos son algunos de los desafíos que nos esperan. Tenemos por delante un largo camino, con dificultades, pero también con la esperanza que nos da confiar en la Providencia de Dios.

lunes, 29 de julio de 2024

30 DE JULIO 1937, DON ORIONE HABLA POR RADIO ULTRA

 

Texto del discurso pronunciado ante el micrófono de la “Radio Ultra”, el 30 de Julio de 1937. EL COTTOLENGO ES UNA FAMILIA CONSTRUIDA SOBRE LA FE

El 30 de julio de 1937 Don Orione, aprovechando el ofrecimiento de “RADIO ULTRA”, se despide del pueblo argentino . De esa manera se dirige una vez más a quienes siente que han comprendido el mensaje de las diferentes obras de caridad fundadas en nuestro territorio

Amados Argentinos

Ha llegado para mí la hora de las despedidas, esa hora que suele ser melancólica, pero que no es triste para el cristiano que se siente sometido, en todo momento, a una voluntad amorosa como es la de Dios a quien amamos.

Voy a partir de la Argentina después de una permanencia que debía ser breve y que Dios Nuestro Señor, con señales visibles de su Providencia, ha querido prolongar por tres, años, desde vuestro milagroso Congreso Eucarístico.

Y, en esta hora propicia para la efusión del corazón, quiero aprovechar el amable ofrecimiento de “RADIO ULTRA” para hablar una vez más a todos vosotros, amados Argentinos: aunque invisibles corporalmente, siente desde aquí que vuestras almas y la mía palpitan en una misma fraternidad cristiana, y que con muchas de ellas se ha establecido una muy honda comunidad de ideales sobrenaturales, de esas uniones que forman una amistad superior a todas las contingencias, una amistad que Dios confirmará eternamente en el Cielo.

Pues bien, a todos quiero deciros y confirmaros que en la Argentina he hallado para siempre mi segunda patria, y que, Dios mediante, volveré a ella vivo o muerto, pues quiero que mis cenizas duerman en el Pequeño Cottolengo Argentino de Claypole, regadas por las oraciones de tantas almas que, gracias a vuestra inagotable caridad, encontrarán allí, en los brazos humildes pero afectuosos de mis amados Hijos, los Religiosos de la Divina Providencia, el asilo de su orfandad, el remedio de su dolencia, el consuelo de su aflicción, el alimento de su indigencia, y, sobre todo, la dignificación cristiana y el amor Evangélico, único capaz de arrancar de la desesperación a los náufragos de la vida, que se sienten objeto de desprecios por parte de la sociedad paganizada de nuestros días.

Trae esta obra todo su espíritu de la Caridad de Cristo; y nunca la hubiera comenzado, sin el deseo y la plena bendición de su Eminencia Revma. el Sr. Cardenal Arzobispo, del Excmo. Sr. Nuncio Apostólico y del Excmo. Sr. Arzobispo de la Plata. Por esto Dios ha estado siempre conmigo, no obstante mis grandes miserias. Yo no tengo otro deseo que vivir y morir humildemente a los pies de la Santa Iglesia de Cristo: Ella es mi gran amor.

El Señor ama a todas sus criaturas sin excepción, pero su Providencia no pudo dejar de amar especialmente a los que sufren tribulaciones de alguna manera, después que Jesús se presentó como su modelo y su Capitán, sometiéndose El mismo a la pobreza, al abandono, al dolor y hasta al martirio de la Cruz.

Por lo cual el ojo de la Divina Providencia mira con predilección una obra de este género, y el Pequeño Cottolengo Argentino tendrá siempre abierta su puerta a toda clase de miseria moral y material.

Separados luego en tantas otras familias, acogerá en su seno como hermanos, a los ciegos, a los sordomudos, a los retardados, a los incapaces: cojos, epilépticos, ancianos e inválidos para el trabajo niños escrofulosos, enfermos crónicos, niños y niñas de cortos años en adelante; jovencitas en la edad de peligros morales; a todos aquellos, en una palabra, que por una u otra causa necesiten de asistencia o de auxilio, y no puedan ser recibidos en hospitales o asilos, y que verdaderamente se hallen abandonados; sean de cualquier nacionalidad o religión, sean también sin religión alguna: ¡Dios es Padre de todos! [Ef. 4, 6)]En el “Cottolengo” no deberá quedar sitio vacío; y en su puerta no se preguntará a quien la cruce si tiene un nombre, sino si tiene algún dolor.

¡En él, nada de empleados! Nada de fórmulas burocráticas, que tantas veces angustian y vuelven humillante el bien que se recibe: nada que se parezca a una administración: el Cottolengo es una familia construida sobre la Fe [Cfr. Mt. 12.46-50; Lc. 8.19-21; Mr. 3.31-35] y que vive de los frutos de una caridad inextinguible.

Por eso en él se vive alegremente: se ora, se trabaja en la medida de las fuerzas de cada uno, se ama a Dios y se ama y se sirve a Cristo en los pobres, en santa y perfecta alegría, porque ellos no son huéspedes, no son asilados: son los patrones, y nosotros somos sus servidores. Por eso ellos están contentos, y el Señor también, y continuamente brota de allá y se eleva al Cielo una sinfonía de oraciones, de gratitud por los bienhechores, de trabajo, de cánticos y de caridad.

Vosotros quizás creeréis que poseemos fondos y réditos.

No, amigos míos, de todo esto tenemos menos que nada. El Pequeño Cottolengo no tiene réditos, y no podrá jamás tener tales réditos; va adelante día a día: “panem nostrum quotidianum” [Lc 11,3].

Y, Deo gratias, tengo la satisfacción de salir de la Argentina sin dejar un solo centavo de deuda. Aquel Dios, que es el gran Padre de todos [Ef 4,6], que piensa en el pajarillo del aire [Mt 6,26]y nos manda despreocuparnos del mañana, envía con mano benéfica el pan cotidiano, esto es, aquel que se necesita cada día. Por eso nuestra debilidad no nos asusta: la consideramos como el trofeo de la caridad y de la gloria de Jesucristo, nuestro Dios y Redentor.

Nada es más agradable al Señor que la confianza en El. Y nosotros querríamos poseer una Fe, un ánimo intrépido, una confianza tan grande como el Corazón de Jesús.

Nuestro Banco es la Divina Providencia, y Ella lo hace y lo hará todo mediante la caridad de los corazones misericordiosos, movidos del deseo de hacer el bien a aquellos que más lo necesitan, tal como nos enseña el Evangelio y la Iglesia Católica, la Iglesia Romana, Madre y Maestra de nuestra Fe y de nuestra alma. He nombrado al Evangelio, queridos hermanos, y quiero que esta palabra sacratísima sea la última con que me despida de vosotros, porque cuando Jesús envió a sus discípulos les confió, sobre todo, la misión de dar a conocer el Evangelio [cf. Lc 9, 6; Mc 16,15]; no la sabiduría de los hombres, ni las doctrinas de los filósofos, ni los discursos literarios, ni las opiniones de los sociólogos, cuya falacia suele evidenciarse por la misma diversidad de las escuelas. Un solo libro hay que lo contiene todo sin que le falte nada, código divino de fe, de amor y de civilización: libro que escribió Dios con la Sangre de su Hijo, y que en la Iglesia Católica es guardado como en los Sagrarios: este es el Evangelio.

¡Leamos y conformemos nuestra vida al Santo Evangelio!

A la munificencia de la primera Benefactora Doña Carolina Pombo de Barilari, a las muy distinguidas Damas, Doña Dámasa Saavedra Zelaya de Lamas, Doña Dolores de Anchorena de Elortondo y, por su intermedio al Hon. Consejo General de la Sociedad Conferencias de Señoras de San Vicente de Paúl, a todas las distinguidas e insignes Bienhechoras y Bienhechores que han donado Pabellones al “Cottolengo Argentino”, o de cualquier manera, han contribuido, moral o materialmente, con grandes ofertas, o con el módico óbolo de la Viuda del Evangelio [Mc 12, 41-44; Lc 21, 1-4], la expresión de la más profunda y eterna gratitud mía y de mis queridos pobres del Pequeño Cottolengo Argentino.

Antes de embarcarme de regreso a mi dilecta e inolvidable Italia, hoy desde este micrófono, desde el cual tengo el honor de dirigir mi palabra al gran Pueblo Argentino, pongo en vuestras manos, después de Dios, esta vuestra obra, este Cottolengo que, como todas las obras argentinas, ha de llegar a ser grande, grande como vuestro corazón. ¡Y todo sea a honor y gloria de Dios, y siempre Deo Gratias!

Nobilisimos argentinos, que formáis esta gran Nación, admirable por sus bríos, sus riquezas, sus progresos y más aún por sus obras sociales de caridad y de educación, yo guardaré imborrables recuerdos de gratitud, de admiración por vosotros, por vuestras Autoridades Eclesiásticas y Civiles, todos en mi corazón ante Dios en el Altar... ¡Rogad por mí!

Rogad que pueda pronto regresar a esta mi segunda Patria como lo deseo ardientemente y, con esta esperanza, no os digo “adiós”, sino “hasta pronto”, si Dios quiere.

Amados Argentinos ¡Gracias por todo! Jamás os olvidaré. ¡Dios sabrá recompensar vuestra caridad! ¡Dios bendiga a todos, todos, todos!

Y la Virgen de Luján os proteja siempre: defienda y haga potente, grande y gloriosa la Nación Argentina.

Don Orione

 Sus hermosas palabras de despedida aún resuenan en nuestros oídos y en nuestros corazones, y trascienden las fronteras de nuestra Nacion. Hoy nos vuelve a decir a todos los que habitamos en este bendito suelo latinoamericano: argentinos, uruguayos y paraguayos, … guardaré imborrables recuerdos de gratitud y de admiración por ustedes, por su carácter, su bondad... por su amor hacia los más necesitados.... Sigamos haciendo honor a tan nobles palabras y movidos por el deseo de hacer el bien a aquellos que más lo necesitan renovemos nuestro compromiso.

Ahora y siempre …. ¡¡¡Ave María y Adelante!!!

P. Gustavo Aime fdp