SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


lunes, 24 de marzo de 2025

LA RECORONACIÓN DE LA VIRGEN DE ITATÍ

 

EL OBISPO QUE CORONÓ DOS VECES LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE ITATÍ

 


 

Monseñor Rosendo de la Lastra y Gordillo

Al caer la tarde del 25 de marzo de 1908, mientras un coro de niños y niñas entona el Reina del Cielo, Monseñor Rosendo corona la imagen de la Virgen de Itatí por segunda vez. Esto sucede en el atrio del viejo Santuario de Itatí en el día de la Anunciación del Señor. Hay gente de San Cosme, de San Luis del Palmar, de Corrientes y del Paraguay. Se había corrido la voz de que el obispo de Paraná coronaría nuevamente la imagen auténtica de la Virgen de Itatí; y nadie se lo quería perder.

A poco tiempo de haber celebrado el Centenario de la creación de la Diócesis de Corrientes, tenemos la posibilidad de valorar lo que la providencia nos regaló a través de quienes nos precedieron en la fe y en la vida cristiana. Valorar nos impulsa a la gratitud. Debemos agradecer a la providencia por la vida y la misión del obispo Rosendo de la Lastra y Gordillo. Encomendó a la congregación del Verbo Divino la atención de todo el territorio nacional de Misiones (luego provincia); se preocupó y ocupó de la tramitación para conseguir la coronación de la imagen de la Virgen de Itatí; él mismo trató con el orfebre que residía en París cuando fue a Roma para el Concilio Latinoamericano.

Ya hemos recordado muchas veces el acontecimiento de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen de Itatí, el 16 de julio de 1900 en el atrio del Santuario de la Cruz de los Milagros y la repercusión religiosa espiritual.

La alegría y el regocijo del corazón del obispo Rosendo durarían poco. En la noche del 27 de noviembre de 1902 alguien roba la corona de oro de la imagen de la Virgen en Itatí, además de un número importante de joyas. Con la pericia de la policía de Corrientes y de Buenos Aires nunca se descubre al autor del robo. Y al dolor del robo mismo, el corazón del obispo debe soportar acusaciones contra su persona y contra los franciscanos que atendían Itatí. “El padre Bertacagni robó la corona por orden del obispo” era la frase que repetían algunos diarios y mucha gente que no querían al obispo.

Había gente del gobierno que no soportaba la valentía del obispo Rosendo al defender los derechos de la Iglesia sobre la administración de los bienes. La tirantez era notoria ya en los días de la coronación en 1900. “¿Saben por qué el obispo mandó robar la corona de la Virgen?” era la pregunta malintencionada. Y la respuesta: “Porque en realidad la corona no es de oro ni de piedras preciosas sino de bronce dorado y piedras falsas”. Algunos diarios de la época afirmaban gratuitamente que el robo de la corona en realidad sería un auto robo para que nadie pudiera comprobar los materiales de los que estaba confeccionada.

El reverendo padre Aníbal Ludovico Bertacagni es encarcelado un tiempo. Comentan que vivió el resto de su vida en Italia, triste y depresivo por tantas falsas acusaciones contra su persona. El reverendo padre Ignacio María Martí, guardián de la Merced, quien tanto había trabajado por la coronación de la Virgen de Itatí, lo defiende: pero él mismo es blanco de ataques.

Mientras tanto, en diciembre de 1904, el obispo Rosendo encomienda el Santuario de Itatí a los Benedictinos de Victoria, Entre Ríos.

La corona es encontrada el 8 de marzo de 1905 sobre una piedra en las orillas del río Paraná, frente a Itatí. Estaba prácticamente completa, pero deformada y abollada. ¡Mucha alegría para todos! Pero con poca duración. La corona, que estaba en el obispado de Paraná para su refacción, es secuestrada por pedido de la justicia correntina en un allanamiento al obispado de Paraná. ¡Amarguras y más amarguras para el pobre obispo! Recién el 28 de julio de 1907 la justicia correntina devuelve la corona al obispado de Paraná. En esa ciudad la corona es completamente reparada.

Desde el 20 al 25 de marzo de 1908, el obispo Rosendo, que había llevado personalmente la corona a Itatí, misiona, confiesa, predica en el viejo Santuario; para finalmente presidir, como en 1900, las ceremonias de la coronación.

Monseñor Rosendo de la Lastra y Gordillo tenía predilección por la Virgen de Itatí. Puso su empeño en conseguir la autorización del Papa León XIII para la coronación, nombró las distintas comisiones para todo lo que tenía que ver con la preparación. Es más, mandó construir en la Catedral de Paraná un retablo para la Virgen de Itatí con la finalidad de cultivar allí esta devoción. Cuando celebraba en privado, casi siempre lo hacía en el Altar de la Virgen de Itatí.

A la edad de 53 años, el obispo Rosendo fallece en Paraná el 3 de julio de 1909, meses antes de la creación de la Diócesis de Corrientes. Había nacido en Córdoba el 5 de mayo de 1856.

Publicado por Noticias Itateñas ------------------------------------------------------------------------------

domingo, 23 de marzo de 2025

DELANTE DE JESÚS

 



Nuestro Padre fundador mientras era joven custodio de la catedral de Tortona (1891-1893), fue pobre entre los pobres y rico de tiempo para el Señor. De aquel período llegó a nosotros una poesía y un hermoso texto con notas poéticas de creyente enamorado. Este último fue publicado años más tarde. En la intimidad; en el silencio se produjo un encuentro que lo fortaleció en los momentos de sacrifico y dolor por abrazar la virtud:

Delante de Jesús

Solo ..., de noche, en la iglesia extensa y oscura!

                   Un profundo silencio envuelve todas las cosas.

                   Las sombras descienden desde lo alto;

                   Allá, al fondo, cerca del altar, una lámpara …;

Es una luz pálida, serena.

De tanto en tanto, un soplo …, y un tenue haz de luz va hasta el muro,

besando la figura de un querubín.

Y el ángel, con esa gentil caricia

 parece confusamente moverse, y desprenderse,

como si una ola de celestial amor lo reanimara.

Se reza bien, de noche, delante de Jesús.

Calla el mundo, callan los deseos,

Callan los irrisorios sueños de la fantasía.

La paz del Señor se difunde en toda el alma,

[una] paz grande, profunda; y alrededor silencio y paz, paz, paz.

¡Eres bienaventurada, oh lámpara humilde,

que vigilas consumiéndote delante de mi Dios.

Tú, que eres familiar a este ambiente saturado

 de amor que rodea el Corazón de Jesús,

dime si conoces sus ardientes latidos, sus inenarrables dulzuras.

Ven, oh luz bendita, penetra mi corazón,

 hasta el fondo, en los rincones secretos …

 háblame del dulce Jesús ¡del Jesús amor!

Tu suave voz reanimará mi espíritu,

Y hará crecer la virtud, el sacrificio.

¡Oh dulcísimo Jesús!

Oh si en mi corazón una perenne llama de amor

emulase la lámpara que en el mechero vela para Ti,

Intensamente, ¡hoy … mañana … siempre!

Este tipo de soledad es intimidad; porque es presencia de Jesús: percibida, gozada y anhelada. No se permanece en el ser sin estos silencios. Porque en el silencio la presencia del Otro lo transforma en encuentro. Y nuestra vida religiosa; nuestras misiones surgen de este encuentro con el Otro. Sin esta experiencia de encuentro, nunca abrazaremos las convicciones personales: para quién ser y mucho menos para quién hacer nada en nuestras vidas.

En efecto, difícilmente uno pueda soportar el qué y el cómo si no sabe a quién le ha dicho ese sí. Uno nunca sabe qué dice cuando dice que sí; y también ignora las implicancias de lo dicho. Solamente sabemos, cristianamente hablando, a quién le decimos que sí (“Pedro le dijo: «Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido»” –Lc 18,28–). Necesitamos entonces, encontrarnos profundamente con ese tú a quien le hemos dicho que sí, por que el “qué” lo sabremos más adelante: en el despliegue histórico de nuestra existencia.

[...] El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. [...] María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Ángel se alejó.

[...] Simeón [...] dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón.

[...] Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre

Ejemplos de esta experiencia abundan en la vida de nuestro padre Don Luis Orione

 

sábado, 22 de marzo de 2025

LA VERDAD Y LA FE UNA FUERZA PARA LA CARIDAD !!




Recordando a Don Orione, uno de los aspectos que lo caracterizaban: fue la gran capacidad de reconciliar el amor con la verdad con la capacidad de diálogo, la ortodoxia con la apertura a las personas y las ideas.

En nuestro tiempo, caracterizado no sólo por la tolerancia, sino por la indiferencia hacia las ideas y costumbres de los demás independientemente de un juicio de valor, el equilibrio entre la identidad y el diálogo es buscado por cada vez más pocos. En la cultura dominante, aquellos sobre bases sólidas a menudo se sospecha de fundamentalismo; aquellos que afirman (se mantiene firme) de "verdades" son considerados portadores de inestabilidad e intolerancia en la convivencia social líquida, en constante evolución, sin identidad.

La coexistencia pacífica -en la familia, en la sociedad y entre los pueblos- ya no se busca como resultado del diálogo y el progreso, que siempre traen cierta tensión, sino más bien como resultado de la indiferencia hacia cualquier idea y costumbre (vivir y dejar vivir). Habiendo renunciado a criterios comunes de verdad, bueno, correcto, sólo es importante adaptarse al "tan fan all", a la mayoría de los "me gusta", con un conformismo que evite problemas.

¡Vida dura, hoy, para aquellos que tienen ideas, verdades, principios y quieren resistir la ola líquida de pensamiento y costumbres! Muchos prefieren la tranquilidad de dejarse llevar en una inclusión sin comunión, sin la carga de verdades racionales o fe que critican comportamientos inapropiados e indignos y educan el bien del hombre.

Don Orione,” un corazón sin fronteras”, un hombre de comunión y progreso, tenía una extraordinaria capacidad de diálogo y simpatía y no encontró ningún obstáculo, más bien fundamento y energía, en las verdades extraídas de la razón y confirmadas por la fe cristiana. Nunca se desvió de los principios del dogma y la moralidad para dialogar y entrar en comunión con la gente, de hecho, acercó a todos y fascinó la verdad, el bien, la vida cristiana. La suya era una fe iluminada, sólida y cálida de amor.

"Más fe, necesitamos más fe", dijo don Orione. "De fe debemos llenar todas las arterias humanas, todos los caminos del mundo. Sin fe tendremos escarcha, decadencia, muerte: sin fe es estéril, no es nada, la ciencia y la vida están vacías". La fe es "no sólo una fuerza religiosa, una fuerza para la caridad, sino también una fuerza doctrinal, una fuerza de doctrina filosófica y teológica sana, pura y fuerte".

La crisis de la civilización moderna es una crisis de verdad, y por lo tanto de realismo, implementada en nombre de una emancipación excesiva del subjetivismo que vacía el bien y la vida del contenido.

Los cristianos, con nuestros principios y valores, con nuestros dogmas y tradiciones, no somos el dolor en el de la paz dominante. Más bien, somos antibióticos y benefactores de la salud humana y social amenazados por la ignorancia y la depresión del mal. Ser así basta con vivir la buena vida y las semillas del futuro de la comunión en Cristo. No hay necesidad de contradecir; la vida es el signo de contradicción, levadura, sal.

Don Giuseppe De Luca, dibujando un perfil del Papa Pío X y Don Orione, dijo que "no eran enemigos de su tiempo, pero ni siquiera entusiastas, muy inteligentes de la naturaleza". Así que también debemos ser hoy, "amables" con nuestro tiempo, es decir, compartir problemas y portadores de esperanza con quienes somos y vivimos. La simpatía por ser auténtico y eficaz debe basarse en la verdad, protegerse de la humildad e implementarse en la caridad. De lo contrario, y diría inevitablemente, la simpatía es engañada y abrumada por las pasiones humanas o las inducidas por el medio ambiente y más aún, hoy, por la influencia de la comunicación.

Como sacerdote, en la parroquia, a menudo se me pide que lleve a cabo un simple servicio de confirmación de hermanos y hermanas de fe que se encuentran perdidos en este mundo donde todo se reduce a la opinión, donde se excluye todo juicio de valor, donde "en la noche negra todas las vacas son negras" (Hegel), donde todo es indistinto. Ser fundado en verdades de la naturaleza, de la razón o de la fe, no es un defecto que dañe las relaciones humanas, no perturba la convivencia en la familia y en la sociedad. La naturaleza, la razón y la fe son "de todos", son ecuménicas, son el fundamento más profundo de la comunión personal y la cohesión social.---------------------------------------------------------------------------------

 

viernes, 21 de marzo de 2025

EL ANHELO SANTO DE DON ORIONE


 “Los pequeños, los pobres, los ciegos, los ancianos, los afligidos, los huerfanitos, los enfermos, son mi sueño; el canto de Dios, que, desde hace años, resuena en mi mente y en mi alma; gira a mi alrededor e hiere a mi corazón, haciéndome vivir y morir de un fuego ardientísimo que me hace exclamar: ¡oh amor de Jesús, oh dulce amor a los pequeños, y a los pobres de Jesús, oh amor, oh morir de amor!

 

Estas ardientes palabras, las escribía Don Orione en el año 1912, cuando había regresado de Messina, después del trienio, transcurrido allí, por obediencia al Santo Padre Pio X, que lo había enviado como colaborador y vicario del Excelentísimo Arzobispo Monseñor D´Arrigo, después del terrible terremoto de Calabria y Sicilia, en los primeros días del mes de enero de 1.909.

Fue portador de amor y de esperanza cristiana, antes que dador del pan material, incansable buscador de huérfanos, consolador de enfermos, buen samaritano de los heridos y moribundos.

Aquella visión de tristeza, de luto, de lágrimas, de miserias físicas y morales, había avivado todavía más en aquellos años, en su corazón, el caudal grande de caridad que era la pasión de su vida; hacer el bien a quién sufre, compartir la pobreza de los pobres, ayudar a los necesitados, a los carentes de todo, a los abandonados.

 

·         Hoy, en nuestro país, vemos la triste realidad de muchas familias, no alcanzan los religiosos para satisfacer las demandas de la población, tanto en lo material como en el acompañamiento con la palabra de Dios, con su amor, por eso nosotros los laicos debemos sumarnos a esta campaña de amor a los pequeños, los pobres, los más necesitados, hagamos realidad ese sueño de Don Orione.

jueves, 20 de marzo de 2025

RECORDAMOS AL PADRE ENRIQUE CONTARDI

Sac. CONTARDI Enrico - 21 de marzo

Sac. CONTARDI Enrico, de Montecalvo Versiggia (Pavía), murió en Claypole (Argentina) en 1957, a la edad de 71 años, 52 de profesión y 48 del sacerdocio.

.   Es uno de los primeros fieles seguidores de Don Orione: Don Enrique Contardi (Montecalvo-Tortona 1885 - Claypole-Argentina 1957).  generoso y emprendedor, fue llamado por el fundador a su lado en el rescate  del terremoto de Messina y Reggio , y después  en el de   Avezzano.

 En 1922, Don Orióne estaba en la Argentina y lo llamó allí también,y le encomendo  la promoción de los inicios de la Congregación.  De hecho, fue un pionero de varias aperturas en la Argentina. Don Orione.   dejo  la Argentina en 1937, lo visitó y lo dejó  a cargo de una población muy grande del Chaco, en Sáenz Peña.

El P. Enrique Contardi se definía como un “párroco que nunca ha tenido vocación de párroco”, pero su vida y apostolado nos muestra otra cosa.   


DON ORIONE PROFESA LOS VOTOS RELIGIOSOS

 

 

El 21 de marzo de 1903, aprobado por la Congregación, Don Orione fue el primero en profesar los votos religiosos. Él mismo habla de cuándo y dónde profesó los votos, los renovó y los emitió para siempre.

LOS VOTOS DE DON ORIONE

Todos los religiosos profesan los votos de pobreza, castidad y obediencia. Y Don Orione, el Fundador, ¿cuándo y dónde hizo sus votos? ¿Y quién recibió sus votos?

La Congregación fue canónicamente reconocida por el Obispo de Tortona el 21 de marzo de 1903. Solo a partir de esta fecha sus miembros se convirtieron en "religiosos" profesantes de los votos. Y Don Orione fue el primero en profesarlos.

Don Orione mismo informó cuándo y dónde hizo sus votos religiosos.

"Es dulce recordar que los primeros votos canónicos se emitieron en la feliz solemnidad de la Pascua de 1903, el aniversario de mi primera misa, en la capilla del palacio episcopal de Tortona, y en manos de nuestro Ven. Monseñor Vescovo, Igino Bandi.

Luego fueron renovados en Roma, un año después, en la Basílica de S. Pietro, y en el Altare della Confessione, hasta la Cripta y sobre la Tumba del Beato Apóstol Pedro, todavía en manos de nuestro Excelentísimo Obispo de Tortona, y con motivo de su visita Ad Limina Apostolorum . Y fueron devueltos allí, para su propio propósito, que tiene el Instituto.

La tercera vez los hice nuevamente en Tortona, todavía en manos de nuestro obispo, en un lugar ligeramente diferente, si lo desea, desde la espléndida Basílica de S. Pietro, es decir, en la desnuda y sórdida capilla de las cárceles, y presente los pobres prisioneros; en la circunstancia de que Su Excelencia, Reverendísimo Monseñor, haya distribuido misericordiosamente la Pascua a los prisioneros.

Les pedí que los emitieran en ese recinto de dolor e infelicidad, y porque era un lugar muy querido para mí, donde fueron los clérigos, con la ayuda de Dios, junto con el reverendo Canonico Ratti, y donde la bondad del Señor me había dado misericordias singulares.

Pero aún más, quise renovar los santos votos allí, porque quise dar todo por completo, y cuán atadas las manos y los pies: mente, corazón y voluntad, un verdadero y dulce prisionero de amor, en manos de la Santa Iglesia; Quise ponerme de pie, vivo y muerto, atado a los pies de la Iglesia, a los deseos y deseos de la Iglesia; y, en cuanto a mí, por la gracia divina, así entendí, a todos ustedes, mis queridos hijos en el Señor, y del Instituto de la Divina Providencia: ¡o que no lo es! [1]

Y luego también emitió los votos perpetuos, es decir, ¿definitivamente?

Don Orione también habló de sus Votos Perpetuos pronunciados el 19 de marzo de 1912, en Cassano Ionio, en el Santuario de la Madonna della Catena, el Padre Riccardo Gil, el P. Enrico Contardi, y el P. Gaetano Cremaschi fueron sus testigos .

Don Orione mismo redactó un certificado de su profesión perpetua.

"Hoy, 19 de marzo de 1912, I Sac. Jn. Luigi Orione de Div. Providencia, con la gracia divina y la misericordia especial de N. Señor Jesucristo y de María Santísima, aquí en el Santuario del Santísimo Sacramento. Virgen de la Cadena en Cassano Ionio Hice los S. votos perpetuos de castidad, pobreza y obediencia en el Congreso. la Obra de la Divina Providencia, y el voto y juramento de obediencia, fidelidad, amor y defensa del Santo Padre el Papa, Vicario de N. Mons. Obispo de Roma y Sus Sucesores en todos los aspectos a lo largo de su vida Sanctissimo et ante Missam. Deo gratias et Mariae ". [2]

Pero Don Orione también hizo una segunda profesión perpetua más bien "perpetua", de la que habló extensamente.

"El 19 de abril de este año (1912) será un día de eterno recuerdo. Eran las 12 en punto, cuando fui presentado por nuestro Santo Padre Pío X, en una audiencia privada. En esos momentos santos, viendo tanta confianza, tanta caridad paterna y divina del Santo Padre por la Pequeña Obra, me atreví a pedirle una gracia muy grande.

Y el Santo Padre me dijo, sonriendo: "Escuchemos un poco qué es esta gran gracia".

Luego, humildemente los demuestro, siendo el fin fundamental y fundamental de nuestro Instituto, el de convertir todos nuestros pensamientos y acciones en el aumento y la gloria de la Iglesia: difundir y enraizar nuestros corazones al principio, luego en los corazones de los pequeños. 'amor al Vicario de Jesucristo, le suplicó, teniendo que hacer votos religiosos perpetuos, dignarse, en su caridad, recibirlos en sus manos, siendo y deseando ser este Instituto todo amor y todo el Papa.

Y el Santo Padre, con qué consuelo de mi alma nunca podré expresarlo, me lo dijo de inmediato y muy dispuesto. Le di las gracias y la audiencia continuó. Pero, cuando estaba a punto de terminar, le pregunté a Su Santidad cuándo pensó que debería cumplir los santos votos.

Y luego nuestro Santo Padre respondió: "pero también de inmediato".

¡Dios mío! ¡qué momento fue eso!

Me puse de rodillas ante el Santo Padre. Los sacudí y besé mis benditos pies. Saqué del bolsillo un librito que los Hijos de la Divina Providencia sabrían, y que ya había traído conmigo, presentando gracia: abierto allí donde existe la fórmula de los votos sagrados, y donde, ya, ya había marcado la hoja.

Pero en ese momento tan solemne y santo, recordé que se requerirían dos testigos, de acuerdo con las normas canónicas, y que los testigos faltaban porque la audiencia era privada.

Luego levanté los ojos al Santo Padre y me atreví a decirle: "Santo Padre, como sabe Su Santidad, se necesitarían dos testigos, a menos que Su Santidad se digne dispensar".

Y el Papa, mirándome muy dulcemente y con una sonrisa, celestial en sus labios, me dijo: "¡De los testigos harán la mía y tu ángel de la guarda!".

Oh felicidad del Paraíso! Querido Señor Jesús, ¡cómo me has confundido por el poco amor que he tenido por ti y por tu dulce Vicario en la tierra! ¡Que seas bendecido para siempre, oh mi Señor, sea bendecido para siempre!

Postrados entonces a los pies del Santo Padre Pío X como a los pies de Nuestro Señor Jesucristo: en la presencia de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: invoquen a mi dulce Virgen y la Santísima Virgen, la Santísima. Virgen María, la Inmaculada Madre de Dios: el glorioso San Miguel Arcángel: mi querido San José y los Benditos Apóstoles Pedro y Pablo y todos los Santos y todos los Ángeles del Cielo, he emitido mis votos perpetuos y una promesa especial y solemne ; un juramento explícito y verdadero de amor hasta la consumación de mí y de la fidelidad eterna a los pies y en las manos del Vicario de Cristo.

¡Y dos ángeles fueron testigos, y el ángel de nuestro Santo Padre mismo!

Me incliné profundamente al suelo, mientras el Papa extendía su mano de bendición sobre mi pobre cabeza ".

[1] Escritos 82, 96-97.

[2] Escritos 71, 70; en la p. 71 también se reporta la Fórmula de profesión de votos.

miércoles, 19 de marzo de 2025

CARTA A LOS BIENHECHORES Y AMIGOS DE LA OBRA EN ITALIA



 

CARTA A LOS BIENHECHORES

Encontrándose todavía en Argentina, en Marzo de 1936, mientras visitaba Rosario (provincia de Santa Fe), Don Orione les escribe a los bienhechores y amigos de la Obra en Italia contándoles sobre la apertura del Colegio Boneo y todas las acciones que estaba llevando adelante en nuestro país, agradeciéndoles por toda la ayuda que recibía de ellos e invitándolos como siempre a "¡Hacer el bien a todos, hacer el bien siempre, el mal a nadie!"

Esa carta llamada "El himno de la caridad, el más hermoso himno que se pueda cantar sobre la tierra" fue grabada por el mismo Don Orione en un disco que posteriormente se envió a Italia para que se reproduzca por la radio y de esta manera poder llegar con su propia voz a todas aquellas personas que constantemente le brindaban su apoyo.

Queremos compartir con todos nuestros bienhechores y amigos ese audio en donde lo podemos escuchar al Santo de la Caridad pedirnos que "Sintamos, oh hermanos, el grito angustioso de tantos otros hermanos nuestros, que sufren y anhelan a Cristo; vayamos a su encuentro como buenos Samaritanos, sirvamos a la verdad y a la Iglesia, en la caridad" Compartimos el texto de la carta en español.

Buenos Aires, marzo de 1936

Don Orione a sus Benefactores y Amigos de Italia:

Aquí, estoy entre ustedes, oh queridísimos, con todo mi espíritu.

No pudiendo ir aún a agradecerles en persona por la benevolencia y caridad que continúan dando a mis pobres Institutos durante mi alejamiento, me es caro mandarles por lo menos mi voz; ella les lleva gran parte de mi corazón y la expresión de eterna gratitud.

Benefactores y Benefactoras, la caridad de ustedes me conmueve hasta las lágrimas, no pasa día en que no los recuerde. Agradecido y grato, rezaré y rezaré siempre por ustedes y por sus familias.

Sostenido por la ayuda de Dios, por la bendición del Papa y de los Obispos y por vuestro válido apoyo, yo trabajo en humildad a los pies de la Santa Iglesia para dilatar las tiendas de la caridad de Cristo, para la salvación de los hijos del pueblo y de los emigrados italianos, y para el consuelo de los infelices más abandonados.

En Rosario de Santa Fe he abierto ahora escuelas gratuitas para más de quinientos niños pobres, la mayor parte hijos de italianos. Últimamente he ido a Chile en un vuelo a más de cinco mil metros sobre los Andes, y también Santiago de Chile tendrá su Cottolengo mañana.

“Charitas Christi urget nos”. Nosotros somos siervos inútiles, mas es la caridad, es el amor de Cristo y de los hermanos que nos anima, que nos empuja y nos apremia.

* * *

¡Gloria a Dios! Hoy quisiera ser un poeta y un santo para cantar el más hermoso himno que se pueda cantar sobre la tierra: el himno de la caridad.

Y que yo, italiano y sacerdote, quiera cantar este himno, no debe parecerles extraño, hermanos, pues yo quisiera hacer resonar aquí abajo esa melodía que retumba en los cielos.

Oh, ¿Quién nos dará el himno de la humanidad redimida por Cristo, el himno de la Caridad?

Ya hubo un hombre que cantó este himno y escribió las más hermosas y altas palabras, después de haberlo actuado en su vida: San Pablo. Y él podía cantarlo bien este himno, así como lo ha cantado, pues nadie más que él lo sintió vibrar en su corazón, nadie ha sentido más que él el amor de Jesucristo y de la humanidad; y los ecos de esa divina poesía han llegado hasta nosotros, pues, a partir de Cristo, la religión se hizo inspiradora de caridad y con ella está totalmente unida, tal es así que el Cristianismo sin la caridad no sería más que una indigna hipocresía.

El Evangelio enseña que no podemos tener paz con dios, si estamos en discordia con el prójimo y San Juan Dice: No amas a Dios que no ves, si no amas al hermano que ves.

La caridad es el precepto propio de Cristo; él ha dicho: En esto se reconocerá si son mis discípulos, si se aman recíprocamente. No hay nada más caro al Señor, que la caridad hacia el prójimo y especialmente hacia las almas.

¡Almas y Almas!

¡Oh, la caridad de aquel San Francisco de Asís, que fue todo seráfico en ardor! ¡Oh, la caridad que sofocaba el corazón de San Vicente de Paul y Cottolengo, el padre de los infelices!

¡Dios es caridad y quien vive la caridad, vive a Dios!

La caridad nos edifica y unifica en Cristo, la caridad es paciente y benigna, es suave y fuerte, es humilde, iluminada y prudente, compadece los defectos de los demás, goza del bien de los otros, repone su felicidad al hacer el bien a todos, también a los enemigos, se hace toda para todos, es omnipotente y triunfadora de todas las cosas.

Un día, Jesús, llamando a los elegidos a su diestra, les dirá:

Vengan oh bendecidos por mi Padre: tenía hambre y me han dado de comer, tenía sed y me han dado de beber, estaba desnudo y me han vestido, era huérfano y me han recibido.

Maravillados ante tal alabanza, preguntarán:

Oh Señor, ¿Cuándo te hemos hecho esto?

Cristo responderá:

Todo aquello que han hecho a mis pobres y carenciados, por mi amor, me lo han hecho a mí.

Nuestro Dios es un Dios apasionado de amor, Dios nos ama más que un padre a su hijo, Cristo Dios no ha dudado en sacrificarse por amor a la humanidad.

En el más miserable de los hombres brilla la imagen de Dios. Quien le da a un pobre, le da a Dios y tendrá, de la mano de Dios, la recompensa.

* * *Oh, que la Providencia nos mande a los hombres de la Caridad. Como un día, de las piedras, Dios ha suscitado a los hijos de Abraham, así suscite la legión y un ejército, el ejército de la caridad, que colme de amor los surcos de la tierra, y calme finalmente a la afanada humanidad.

Ya demasiado hemos odiado, ha cantado también Carducci, amemos. Somos apóstoles de caridad, sojuzguemos nuestras pasiones, alegrémonos del bien de los demás, como del bien nuestro; en el cielo será precisamente así, como nos lo expresa también Dante con su sublime poesía.

Seamos apóstoles de caridad, de amor puro, amor alto y universal, hagamos reinar la caridad con la dulzura del corazón, con el hecho de compadecernos, de ayudarnos mutuamente, dándonos la mano para caminar juntos. Sembrar con mano abierta, sobre nuestros pasos, obras de bondad y de amor, enjuguemos las lágrimas de quien llora.

Sintamos, oh hermanos, el grito angustioso de tantos otros hermanos nuestros, que sufren y anhelan a Cristo; vayamos a su encuentro como buenos Samaritanos, sirvamos a la verdad, a la Iglesia, a la Patria, en la caridad.

¡Hacer el bien a todos, hacer el bien siempre, el mal a nadie! Y como el sol inunda de su luz el universo, así sobre la nueva y grande Italia, purificada de las sectas y unida a la Iglesia, brille hermoso el sol de la gloria, en una efusión inefable de la caridad de Cristo; y, rotas las cadenas de los pueblos aún bárbaros y esclavos, vean las gentes irradiar tu frente, oh Roma, que sola no conoces la confusión de las lenguas y vivan la caridad en la cristiana y civil luz de la vida nueva.

¡Oh Amigos de Italia, arriba los corazones! Y que la bendición de Dios descienda abundante y confortante sobre ustedes, sobre nuestros soldados y sobre nuestra Patria.

¡Fiat! ¡Fiat!

Don Orione